Trump designa a Ronald Johnson como próximo embajador en México
Por Luis Moreno
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, anunció este martes la designación del excoronel Ronald Johnson como su propuesta para ocupar la Embajada en México. Johnson, con una trayectoria de más de 10 años en las Fuerzas Armadas y dos décadas en la CIA, simboliza el enfoque de mano dura que caracterizará el segundo mandato del republicano. Su nombramiento deberá ser ratificado por el Senado, donde los republicanos ostentan la mayoría.
“Juntos, pondremos fin a los crímenes de los migrantes, detendremos el flujo de fentanilo y otras drogas peligrosas, y haremos que Estados Unidos sea seguro otra vez”, afirmó Trump en su red Truth Social.
Perfil del embajador designado
Ronald Johnson fungió como embajador de Estados Unidos en El Salvador durante el primer mandato de Trump, donde lideró esfuerzos para reducir la delincuencia organizada y la migración ilegal. Graduado de la Universidad Nacional de Inteligencia, cuenta con una Maestría en Inteligencia Estratégica y una destacada carrera como Boina Verde.
Trump subrayó que Johnson trabajará estrechamente con Marco Rubio, su propuesto secretario de Estado, para implementar políticas de seguridad y comercio que prioricen los intereses de Estados Unidos. Entre sus responsabilidades estará dialogar con el gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, en temas sensibles como la migración, el tráfico de drogas y la imposición de aranceles.
Cambio en las relaciones diplomáticas
Johnson sustituirá a Ken Salazar, embajador durante la administración de Joe Biden, quien mantuvo una relación cercana con el gobierno mexicano, aunque en sus últimos meses en el cargo enfrentó tensiones derivadas de la reforma al Poder Judicial impulsada por el gobierno de México. El nuevo embajador llega en un momento crucial para redefinir las políticas bilaterales y reforzar el control fronterizo ante la crisis migratoria y el combate al tráfico de fentanilo.
Este nombramiento refuerza la intención de Trump de mantener una postura estricta hacia México, con medidas como aranceles del 25% y el cierre de fronteras para frenar el flujo migratorio y la entrada de opioides.
