Opinión

Se hacen de la vista gorda en la 4 T

Por María Eugenia Mora

Una serie de actos contrarios a los principios de Cuarta Transformación han detonado en el contexto político nacional.

Se trata de las acusaciones mutuas por corrupción que se hicieron el coordinador del grupo parlamentario de Morena en el senado, Adán Augusto López y el coordinador de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila.

Otro escándalo mediático fue la decisión de la gobernadora de Campeche Layda Sansores, al haber incorporado a su gabinete al panista-calderonista, Jorge Luis Lavalle Maury, acusado de corrupción en el caso Odebrecht.

En el ámbito social, la boda disfrazada de acto diplomático en el Museo Nacional de Arte (MUNAL), escaló no sólo al tema de conflicto de interés, sino a una simulación grave en la que se le mintió alevosamente a la opinión pública.

Estos tres actos, generaron una seria indignación entre los seguidores de MORENA o la 4 T, como la quieran llamar, en las redes sociales, que no pararon en insultos para sus protagonistas.

Y es que a menos de tres meses de haber dejado el cargo Andrés Manuel López Obrador, los herederos de su legado han comenzado a comportarse como los políticos de siempre.

También podría ser que durante el periodo del obradorismo, sólo fingían comulgar con ideales de izquierda, pero apenas se fue el máximo jefe político y ven en la figura de Claudia Sheinbaum a alguien que no va a actuar en consecuencia y dejará pasar este tipo de comportamiento. En pocas palabras se hacen de la vista gorda en la 4 T.

Lo cierto es que la falta de coherencia por parte de sus colaboradores y compañeros repercute negativamente en el ánimo de la gente.

Ya lo dijo el flautista Horacio Franco en su participación en el programa de Julio Hernández, Astillero: “Quienes somos verdaderamente de izquierda nos sentimos con una profunda frustración. Son heridas que siguen abriéndose y plantean una pregunta inquietante: ¿cómo llegará Morena al final del sexenio? Aguas con las personas que empiezan a decepcionarse”.

Es el sentimiento de millones de personas que creen en un proyecto y cuando se enteran de lo poco éticos que son los funcionarios y políticos, prefieren abonar a la indiferencia, y es que la vía de los partidos políticos siempre termina por pervertirse.

Podemos optar por otros caminos como la organización civil o en su caso impulsar una verdadera democracia participativa, de hecho, contamos con la revocación de mandato, pero esta figura requiere millones de personas para hacerse realidad.

Así que, haciendo una paráfrasis de una de las icónicas frases de López Obrador, “sólo el pueblo puede salvar al pueblo, diré: “sólo los morenistas auténticos, pueden derrotar a los morenistas corruptos y simuladores”.

X @marumora7.

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