Opinión

Ricardo Monreal y sus tentáculos       

Por María Eugenia Mora

En las últimas semanas he leído en algunos comentarios y artículos el término “el séptimo año de López Obrador” en franca referencia a que en los hechos sigue gobernando y que incluso no se ha ido a Palenque y continúa viviendo en Palacio Nacional.

La animadversión y odio como consecuencia de un reajuste en los convenios de publicidad que provocó el expresidente a toda una pléyade de corifeos que no paran de lamentarse en los medios de comunicación tradicional, esta incontenible. Las mentiras y calumnias continúan a la orden del día, esperando un milagro para que los Estados Unidos, entren y tomen el control en materia de seguridad, y después, todo pueda suceder.

En este contexto existen personajes acomodaticios, acostumbrados a las negociaciones fuera de los lineamientos, que, dicho sea de paso, según el viejo canon de la política, son un mal necesario.

Me refiero a Ricardo Monreal quien incluso, siendo presidente Andrés Manuel López Obrador, quiso chantajearlo en aras de probar su liderazgo rumbo a la presidencia de la República.    

Monreal se considera con un alto perfil en las filas de MORENA y puede que tenga razón, pero el haber sido el primer gobernador de izquierda como él mismo lo dice en una semblanza de su página web, no lo aleja en sus hechos, de una serie de acciones contrarias a lo que representa.

Las podemos enumerar todas, pero para muestra basta un botón, algunos medios nacionales dieron cuenta de eso en 2023, el escándalo se suscitó por la votación en contra de un integrante del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Monreal Ávila, mostró una figura derrotista y declaró: “yo sí aceptó que mi liderazgo está socavado, quizá sea la parte más difícil en los cinco años que tengo de líder”. (Un organismo que organizó en la BUAP un Seminario el día de ayer).

Políticos como él crean un personaje ha doc a las circunstancias y a sus intereses, dispuestos a jugársela con todo para seguir figurando en el contexto político.    

La rebeldía y voz crítica, es en realidad soberbia y ego. Ricardo Monreal, tiene su estrategia y sus tentáculos llegan al priísmo, perredismo, panismo y a Movimiento Ciudadano. Después de su salida en el PRI, seguramente dejó muy buenos aliados, igual que en el PRD. También tiene nexos con Fuerza por México, partido de su amigo y diría socio: Pedro Haces Barba, coordinador de operación política de Morena en la Cámara de Diputados, y quien creó dicho partido para ir incorporando a los “morenovallistas” y panistas a Morena.    

Este pragmatismo disfrazado que juega en varios frentes, incluyendo el del poder, lo ha llevado hasta donde está hoy; sólo que esta clase de políticos aún no comprenden que sus actos ahora son vistos por un pueblo más politizado, que no se calla nada y que ante cualquier comportamiento contrario al Partido donde militan, será motivo de serios cuestionamientos, como sucedió con el tema del helicóptero.

Me parece también que minimizan la fuerza política y carácter de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien tiene muy clara la línea a seguir; su inteligencia, preparación y convicción ideológica, deberían ser suficientes para que sus aliados tuvieran más cuidado en sus actos públicos; pero tal vez le pedimos peras al olmo, porque al igual que Monreal sobreabundan los hombres servidores públicos que siguen viendo en la política una manera poco honesta para vivir. Esa es la triste realidad que nos aqueja y que como sociedad se debe combatir y aunque suene trillado: “sólo el pueblo organizado puede salvar al pueblo”.

Comentarios: @marumora7

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