Protestas masivas en Bélgica contra la reforma de pensiones del nuevo gobierno
Por Luis Moreno
Miles de ciudadanos belgas tomaron las calles el jueves para manifestarse contra la reforma de pensiones impulsada por el nuevo gobierno de coalición liderado por el nacionalista flamenco Bart De Wever. La protesta, que se convirtió en la primera gran huelga contra la administración entrante, paralizó el tráfico aéreo y afectó diversos servicios públicos en todo el país.
Masiva movilización en Bruselas
Según informó la policía local a través de la red social X, unas 60,000 personas se congregaron en la capital belga, Bruselas, para expresar su rechazo a las modificaciones en el sistema de jubilaciones. La movilización incluyó la participación de trabajadores de distintos sectores, incluyendo militares, bomberos, profesores y funcionarios.
Los manifestantes portaban pancartas con frases como «No somos limones» y otras en latín, en referencia a la tendencia del primer ministro De Wever de utilizar expresiones en esta lengua clásica. Además, se registraron enfrentamientos con la policía frente a la sede del partido liberal de centroderecha Movimiento Reformador (MR), miembro de la coalición gubernamental. En respuesta, las fuerzas del orden utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes. Incidentes similares fueron reportados en la sede de Les Engagés, partido democristiano que también forma parte del gobierno.
Impacto en el transporte y los servicios
La huelga general también tuvo un fuerte impacto en el transporte y otros servicios esenciales. El aeropuerto de Bruselas-Zaventem canceló 430 vuelos el jueves, afectando gravemente la conectividad del país. Además, el aeropuerto de Charleroi, el segundo más importante de Bélgica, también suspendió sus operaciones, con excepción de vuelos dentro del espacio Schengen. El transporte público y los servicios postales también experimentaron interrupciones, con muchas rutas suspendidas debido a la participación de los trabajadores en la huelga.
El trasfondo de la reforma de pensiones
La reforma propuesta por el gobierno de Bart De Wever establece incentivos para aquellos que trabajen más allá de la edad de jubilación tras haber cotizado 35 años. Sin embargo, quienes se jubilen antes de cumplir dicho requisito enfrentarán penalizaciones económicas. Los críticos argumentan que este nuevo esquema perjudica especialmente a los trabajadores con menores ingresos, quienes tendrán menos posibilidades de beneficiarse de la nueva estructura de pensiones en comparación con el sistema anterior, que calculaba los pagos en función de la duración de la carrera profesional.
Además de la reforma de pensiones, el gobierno también ha propuesto medidas como la limitación de las prestaciones por desempleo a dos años y recortes en los servicios públicos, lo que ha generado un mayor descontento social.
Reacción de los sindicatos y perspectivas
Thierry Bodson, presidente del sindicato socialista de la Federación General del Trabajo de Bélgica (FGTB), calificó la jornada de protesta como una «movilización histórica» y advirtió que la lucha contra la reforma continuará si el gobierno no reconsidera sus medidas. «Sin trabajadores, no hay actividad económica», declaró Bodson, enfatizando la importancia del respeto a los derechos laborales.
El gobierno de De Wever, que asumió el poder el pasado 3 de febrero tras ocho meses de negociaciones, enfrenta un desafío significativo ante la oposición de amplios sectores de la sociedad. Las protestas reflejan el descontento generalizado con un modelo de pensiones que, según los manifestantes, afecta principalmente a los trabajadores con menos ingresos.
A medida que la presión social aumenta, el gobierno belga podría verse obligado a abrir un diálogo con los sindicatos y representantes de los trabajadores para evitar futuras movilizaciones que continúen afectando la economía y la estabilidad del país.