Ciencia y Tecnología

Premio Nobel de Física 2025: tres científicos demuestran que los efectos cuánticos pueden sostenerse en la mano

Por Luis Moreno

La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó el Premio Nobel de Física 2025 al británico John Clarke, al francés Michel H. Devoret y al estadounidense John M. Martinis, por sus experimentos que lograron observar efectos cuánticos en un chip macroscópico, un avance que redefine los límites entre la física clásica y la cuántica.

Los galardonados demostraron dos fenómenos fundamentales: la tunelización mecánica cuántica, donde una partícula puede atravesar una barrera imposible según la física tradicional, y la cuantificación de la energía, que establece que los sistemas cuánticos solo pueden tener valores energéticos específicos. Ambos efectos fueron observados en un circuito eléctrico fabricado con materiales superconductores, lo bastante grande como para sostenerse en la palma de la mano.

“El Premio Nobel de Física de este año ha abierto oportunidades para el desarrollo de la próxima generación de tecnologías cuánticas”, señaló el Comité Nobel, aludiendo a sus implicaciones en computación, criptografía y sensores cuánticos.

El experimento original, realizado entre 1984 y 1985, utilizó una unión Josephson, una capa aislante ultrafina entre dos superconductores, por la cual los electrones se comportaron como una sola partícula cuántica que llenaba todo el circuito. Ese comportamiento se evidenció cuando el sistema, estable en un estado sin voltaje, “saltó” a otro estado gracias al tunelamiento cuántico, generando una pequeña diferencia de voltaje.

Además, los investigadores confirmaron que el sistema absorbía o emitía energía solo en cantidades discretas, tal como predice la teoría formulada hace más de un siglo por Max Planck. Con ello, demostraron que los fenómenos cuánticos pueden manifestarse no solo en átomos o partículas subatómicas, sino también en sistemas macroscópicos.

El presidente del Comité Nobel de Física, Olle Eriksson, destacó el alcance del descubrimiento: “La mecánica cuántica sigue ofreciendo sorpresas y aplicaciones útiles más de cien años después de su formulación”.

Los tres laureados —Clarke (Universidad de California, Berkeley), Devoret (Universidades de Yale y California, Santa Bárbara) y Martinis (Universidad de California, Santa Bárbara)— comparten el mérito de haber creado un puente experimental entre la teoría cuántica y la ingeniería eléctrica, abriendo el camino hacia la tecnología cuántica de gran escala.

El Nobel de Física 2025 no solo celebra una hazaña científica, sino una constatación profunda: la frontera entre el mundo cuántico y el clásico cabe en un chip que puede sostenerse con la mano.

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