Puebla

Peregrinos regresan a la Basílica de Guadalupe para venerar a la Virgen

Llenos de fe, piden por sus familiares migrantes y la seguridad en sus comunidades

Por María Dolores Moreno Sánchez

Con el amanecer aún en el horizonte y el eco de los rezos entre las calles de la Ciudad de México, miles de peregrinos llegaron un año más a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Entre cánticos, flores y lágrimas de emoción, fieles provenientes de distintos rincones del país caminaron hasta los pies de la Morenita del Tepeyac para agradecer, pedir y renovar su fe.

Uno de ellos es Guillermo Sánchez Corte, quien recorrió más de 200 kilómetros desde Zacatlán de las Manzanas acompañado de 400 peregrinos. Con una vela encendida en sus manos y un rosario colgado del cuello, se inclinó ante la imagen de la Virgen y, con la voz entrecortada, expresó:

«No venimos solo por un milagro, sino para agradecer todo lo que nos ha dado Nuestra Madre de Dios. Ella siempre nos acompaña, nos protege y nos da fuerzas para seguir adelante.»

Pero su plegaria no fue solo de gratitud, sino también de preocupación. Al igual que muchos de los asistentes, Guillermo pidió por la seguridad de sus familiares migrantes que viven con la sombra de la deportación.

«Allá en Estados Unidos, mis hermanos trabajan duro, pero siempre con la incertidumbre de qué pasará mañana. Solo le pido a la Virgen que los cuide.»

Desde la calidez de la Mixteca poblana, don Manuel llegó acompañado de un grupo de peregrinos de todas las edades. Con orgullo, señaló cómo esta tradición refuerza los lazos de su comunidad y alimenta la fe de los más jóvenes.

«Mientras sigamos viniendo, nuestra devoción a la Virgen nunca morirá. Aquí estamos, adultos, jóvenes, niños… todos caminando con la misma esperanza, con el mismo amor por nuestra Santísima Madre.»

También alzó una plegaria por la seguridad en su comunidad. «Gracias a Dios, en nuestro pueblo la violencia es mínima, pero no queremos que las cosas cambien. Le pedimos a la Virgen que nos proteja y nos mantenga en paz.»

Además, compartió la preocupación económica que enfrentan los pueblos con familias migrantes. Aunque su comunidad no es de las que más emigran, sí dependen de las remesas que llegan a municipios vecinos. «El dinero que envían nuestros paisanos ayuda al comercio, al campo, a la gente que se queda. Si ellos pierden su trabajo, aquí también lo resentimos.»

CABALGATA DE FE

La peregrinación no solo se vive a pie. Desde hace siete días, Raúl Lugo emprendió el viaje a caballo, acompañado de sus familiares y un grupo de más de 400 jinetes. Con sombreros polvorientos y banderas de la Virgen ondeando en sus monturas, avanzaron con determinación hacia la Basílica, entre saludos de los curiosos y muestras de respeto de quienes los veían pasar.

«Cada año venimos para dar gracias y para pedir que la Virgen nos siga protegiendo. En mi familia, tenemos primos y tíos en Estados Unidos. Ellos están bien porque tienen sus papeles en orden, pero siempre rogamos para que nada malo les pase.»

MANIFESTACIÓN DE FE

El fervor guadalupano sigue más vivo que nunca. Se estima que más de 20 mil peregrinos llegan a la Basílica en esta temporada, desde una semana antes hasta una semana después del 12 de febrero, cubriendo la explanada con veladoras, flores y promesas de devoción eterna.

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