Internacional

“No podemos tener otro Irak”: Simpatizantes de Trump se rebelan ante posible ataque a Irán

Figuras prominentes del movimiento MAGA piden evitar un nuevo conflicto bélico en Medio Oriente, temiendo una repetición del desastre en Irak.

Por Luis Moreno

La posibilidad de que el presidente Donald Trump autorice un ataque contra Irán ha encendido las alarmas dentro de su propia base de apoyo, con líderes del movimiento Make America Great Again (MAGA) expresando su firme oposición a una intervención militar que consideran peligrosa, innecesaria y contraria al ideario que los llevó al poder.

Entre las voces más críticas destaca la de Steve Bannon, exestratega jefe de Trump y figura clave de la coalición nacionalista “America First”. En un evento organizado por el medio Christian Science Monitor, Bannon advirtió: “No podemos hacer esto de nuevo. Destrozaremos el país. No podemos tener otro Irak”, en referencia a la invasión estadounidense de 2003 que dejó profundas secuelas políticas y humanas.

Bannon también alertó en su podcast War Room que el presidente estaría cayendo en una “trampa” que lo empujaría a encabezar un cambio de régimen en Irán, un paso que, según él, debe surgir desde la sociedad iraní y no por imposición extranjera: “Si viene de arriba, de una potencia extranjera, nunca funciona”.

Jack Posobiec, otra figura mediática del movimiento, compartió preocupaciones similares: “Involucrar a Estados Unidos en esto es repetir el ciclo de errores: cambio de régimen, caos, y luego culparnos por resolver lo que no iniciamos”.

Estas declaraciones reflejan una profunda fisura en la coalición que impulsó a Trump al poder en 2016 y nuevamente en 2024. El ala no intervencionista del Partido Republicano observa con inquietud cómo el mandatario ha pasado de buscar una solución diplomática con Irán a considerar sumarse a la ofensiva militar de Israel, que incluye el uso de bombas de 30 mil libras para destruir instalaciones nucleares subterráneas.

Una intervención directa podría comprometer la imagen de Trump como líder pragmático, enfocando su energía en poner fin a la guerra en Ucrania y en reforzar alianzas comerciales globales. Además, sus detractores internos alertan que alejarse de los principios de “América Primero” podría afectar su capital político, especialmente con las elecciones legislativas de 2026 en el horizonte.

Pese a la controversia, Trump minimizó el impacto político. “Mis partidarios están más enamorados de mí hoy que en el momento de las elecciones”, aseguró el mandatario ante la prensa en la Casa Blanca.

Mientras tanto, el secretario de Estado Marco Rubio mantiene una intensa agenda diplomática. Este jueves, en el séptimo día de fuego cruzado entre Israel e Irán, sostuvo conversaciones con sus homólogos de Francia, Australia y Reino Unido. Todos coincidieron en la necesidad de impedir que Irán desarrolle un arma nuclear y reafirmaron su compromiso con la estabilidad internacional, en medio de una escalada que ya ha cobrado decenas de vidas.

Trump, por su parte, ha dicho que esperará al menos dos semanas antes de tomar una decisión final sobre la participación de Estados Unidos en la ofensiva israelí. Una decisión que no solo tendrá consecuencias en Medio Oriente, sino que podría redefinir el rumbo de su presidencia y del Partido Republicano.

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