No es terrorismo: García Harfuch vincula atentados con coches bomba a lucha entre cárteles
Por Luis Moreno
Los recientes atentados con coches bomba en Jerécuaro y Acámbaro, que dejaron al menos tres policías heridos, han sido vinculados por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, con la creciente violencia entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima. Durante la Mañanera del viernes, García Harfuch indicó que estos ataques son un reflejo de la guerra por el control territorial en Guanajuato, un conflicto que ha elevado al estado al primer lugar nacional en homicidios dolosos en lo que va de 2024.
La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que, aunque las acciones generaron pánico, no se pueden catalogar como actos terroristas. Sin embargo, este pronunciamiento se da en medio del debate sobre la naturaleza de la violencia que se ha intensificado en la región. “No se puede catalogar como terrorismo”, enfatizó, mientras que García Harfuch sugirió que las explosiones podrían haber sido una respuesta de los grupos delictivos a los recientes operativos de las autoridades.
El primer ataque se registró en Jerécuaro poco después de las cinco de la mañana, seguido de una segunda explosión en Acámbaro a las 6:25. Las autoridades locales confirmaron que las explosiones causaron daños materiales a varias propiedades, pero ningún civil resultó herido. “Se atribuye principalmente a la disputa entre el cártel local Santa Rosa de Lima y el CJNG”, afirmó el secretario.
Los analistas de seguridad han señalado que Jerécuaro y Acámbaro están bajo el dominio del Cártel de Santa Rosa de Lima, lo que sugiere que este grupo tiene la capacidad de llevar a cabo estos atentados. David Saucedo, especialista en seguridad, indicó que “los explosivos son el sello de la casa” de esta organización, mientras que otros expertos apuntan al CJNG como posibles responsables.
Los enfrentamientos entre grupos delictivos han generado un clima de violencia constante en Guanajuato, donde se han abierto 1,863 carpetas de investigación por homicidios dolosos desde enero hasta septiembre de este año. La situación se complica aún más con las amenazas del crimen organizado a las autoridades, como la que recibió el secretario de Seguridad Pública de Acámbaro tras un operativo que resultó en varias detenciones.
El uso de explosivos por parte de los cárteles no es nuevo en la región, donde han dejado coches bomba y han realizado ataques coordinados para demostrar su poder. La Fiscalía General de la República (FGR) ha tomado el control de la investigación de estos recientes atentados y está analizando los explosivos utilizados.
En medio de estos eventos, políticos de oposición y expertos en seguridad han calificado estos ataques como “actos terroristas”, mientras que el gobierno se prepara para ofrecer un informe sobre su política de seguridad en el marco de un nuevo ciclo político en México. La violencia y los desafíos que presenta el crimen organizado se perfilan como temas centrales en la agenda de las autoridades locales y nacionales.