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La UNAM alerta sobre la crisis migratoria más tensa de la historia y llama a reforzar su papel como conciencia crítica

Por Luis Moreno

En el marco del Encuentro Nacional “La investigación social, migración y las fronteras de México”, académicos y expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) coincidieron en que el país y el mundo enfrentan el proceso migratorio más tenso de la historia reciente, marcado por la exclusión, la violencia institucional y la urgencia de respuestas éticas y académicas.

Durante la plenaria “Las fronteras de México: coyuntura de movilidades humanas y dilemas del desarrollo”, el coordinador del proyecto La UNAM en las fronteras de México, Mario Luis Fuentes Alcalá, afirmó que la Universidad tiene un papel clave como “reserva ética” para enfrentar las incertidumbres y crisis múltiples de la actualidad. Destacó que la institución debe fortalecer su incidencia social frente a fenómenos como la pobreza, la desigualdad, la marginación y la migración forzada.

“El papel de la universidad pública es estratégico ante los dilemas y la confusión. Somos conciencia crítica y plural, pero también un compromiso ético frente a los grandes retos de nuestro tiempo”, declaró Fuentes Alcalá.

En el encuentro participaron más de 100 investigadoras e investigadores distribuidos en 24 mesas de trabajo, además de representantes del sector empresarial, gubernamental y organizaciones de la sociedad civil.

Por su parte, Tonatiuh Guillén López, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) y excomisionado del Instituto Nacional de Migración, advirtió que el actual panorama migratorio —acentuado por políticas restrictivas de Estados Unidos, como la militarización de la frontera o las deportaciones exprés— genera un entorno de extrema tensión y riesgo.

“Estamos ante una época que va a impactar todo: las movilidades humanas, la composición social y los territorios de origen”, alertó Guillén López, quien también señaló el peligro de que migrantes y refugiados —incluidos menores— sean catalogados como “invasores”, lo que elimina cualquier garantía jurídica en su defensa.

El investigador también cuestionó si México está consolidando un sistema de contención a favor de Estados Unidos, y si ambas naciones avanzan hacia un modelo compartido de exclusiones. “Debemos preguntarnos cuál es el margen de acción real de nuestro país”, apuntó.

Miguel Armando López Leyva, coordinador de Humanidades de la UNAM, destacó que la Agenda 2030 reconoce el papel positivo de las personas migrantes en el desarrollo sostenible. Sin embargo, lamentó que en la coyuntura actual se violenten sus derechos y se ignore su aportación económica, social y cultural.

El foro subrayó la urgencia de repensar el papel de las instituciones académicas frente a la crisis migratoria global, y planteó la necesidad de generar redes inter y transdisciplinarias para incidir en las políticas públicas y defender los derechos humanos en las fronteras de México.

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