La ultraderecha se impone en elecciones regionales de Alemania: AfD logra un «éxito histórico» en Turingia y Sajonia
Por Luis Moreno
En las recientes elecciones regionales de Turingia y Sajonia, la ultraderecha alemana, representada por el partido Alternativa para Alemania (AfD), alcanzó un hito significativo al obtener más de un tercio de los votos en ambas regiones. Este resultado es alarmante para los partidos tradicionales de Alemania, ya que refleja un creciente descontento con el gobierno federal liderado por el canciller Olaf Scholz.
El AfD, que calificó su éxito como «histórico», se impuso con una amplia ventaja sobre los partidos de la coalición gobernante en Berlín, integrada por los socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP). En Turingia, el SPD apenas logró un 6% de los votos, su peor resultado histórico en unas elecciones regionales, mientras que en Sajonia, tanto los verdes como los liberales quedaron fuera del parlamento.
Este resultado no solo destaca la creciente influencia de la ultraderecha en el este de Alemania, sino también el avance de nuevos movimientos populistas como la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que en su primera contienda electoral consiguió resultados de dos dígitos.
La líder del AfD, Alice Weidel, exigió la renuncia del gobierno federal, argumentando que la coalición tripartita ya no tiene legitimidad para seguir gobernando. Por su parte, el canciller Scholz calificó los resultados como «amargos» y advirtió que el AfD está dañando la economía y dividiendo a la sociedad alemana.
Mientras tanto, el líder de la CDU, Jens Spahn, criticó duramente la gestión de Scholz, subrayando que el descontento de los votantes es una advertencia clara al gobierno federal. En un intento por calmar los ánimos, Scholz ha prometido endurecer las políticas de seguridad, aunque esto no ha sido suficiente para evitar el auge de la extrema derecha.
Las elecciones en Brandeburgo, que se celebrarán el 22 de septiembre, serán cruciales para determinar si este avance del AfD se consolida. Los socialdemócratas, que lideran el gobierno de Brandeburgo desde 1990, están en una carrera contra el tiempo para revertir la tendencia y mantener su posición en el este del país. Sin embargo, el futuro de la coalición gobernante en Berlín se ve cada vez más incierto, con un clima político que se torna cada vez más tenso y dividido en Alemania.