Opinión

La lengua latina, traducción al español y selecta de los autores más representativos de la literatura latina  

Por Juvenal Cruz Vega. Director de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz

Navita de ventis, de tauris narrat arator, enumerat miles vulnera, pastor oves.

El marinero habla sobre los vientos, el arador habla de sus toros, el soldado cuenta sus heridas y el pastor cuenta sus ovejas.

Propercio. Elegiae. Lib. 2, 1.

A manera de pretexto.

En mi carrera de profesor de literatura y lengua Latina he hallado buenos métodos para ejercitar y mejorar la traducción de textos. En gran parte se debe al apoyo de mis profesores y a la lectura constante de autores latinos en diversas versiones. Desde la Fundación de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz pensé comunicar a los estudiantes algunos aspectos que he podido apreciar de la sabiduría de los romanos, a través de sus fuentes, que no son otras, sino, las mismas obras de los autores latinos, que son obras maestras, porque su léxico, morfosintaxis, cultura y estilística hacen del estudiante un buen gramático, independientemente de la profesión a la que se dedique.

En esta parte he seleccionado algunos autores de los más importantes. En el transcurso del estudio he procurado conservar la fidelidad de los textos, evitando una traducción unívoca y equivoca para no traicionar el mensaje original del autor, o por lo menos para no alejarme tanto de los textos originales.

Considero que un modelo de traducción extraída de la hermenéutica analógica da mayor apertura a la comprensión de textos. También he tomado en cuenta la estructura y las características fundamentales de cada una de las lenguas, aunque el español es una lengua derivada del latín y por lo mismo es una lengua indoeuropea y flexiva, no obstante, se distinguen una y otra, porque el español es una lengua analítica y el latín es una lengua sintética, pues el orden de las palabras es distinto en una y en otra lengua, desde el punto de vista sintáctico, literario y cultural.  

Veamos, pues, algunos de los autores más representativos de la literatura latina.

1). Publio Ovidio nasón (43 a. C 18 d. C)

Después de Virgilio es el poeta que ha ejercido más influencia en la historia de la literatura. Es de brillante fantasía, lenguaje en imágenes, pero al mismo tiempo, diáfano, moldeado en el verso más fluido, maestro de la elegancia, del amor y del silencio. Ovidio fue leído, citado y adaptado durante la edad media y durante el Renacimiento fue el poeta favorito. Se hizo célebre entre los lectores contemporáneos a través de su inmortal “Arte de amar”, al que Erick From parafraseó con el mismo título en uno de los trabajos más elocuentes del poeta latino. Su hermoso poema de su destierro es muy conocido y elogiado: “Parve nec invideo sine me, liber, ibis in urbem, ei mihi¡ quod domino non licet ire tuo”. (Pequeño libro, no te envidio, irás a Roma sin mí, pobre de mí porque a tu dueño no le está permitido ir. (Tristes, I, 1).

a). Ovidio, Amores III, 2.

Non ego nobilium sedeo studiosus equorum;
cui tamen ipsa faves vincat ut ille precor.
Ut loquerer tecum veni tecumque sederem,
ne tibi non notus quem facis esset amor.
Tu cursus spectas, ego te spectemus uterque
quod iuvat, atque oculos pascat uterque suos.

Yo no me considero aficionado de caballos nobles,
sin embargo, te suplico que aquel auriga derrote al que tú misma favoreces.
He venido para hablar contigo y sentarme contigo, no sea que no conozcas el amor que me despierta. Tú observas las carreras y yo a ti, observemos ambos lo que nos deleita y, cada uno que alimente sus propios ojos.

b). Ovidio, Amores II, 18.

Saepe meae “Tandem” dixi “discere” puellae
in gremio sedit protimus illa meo.

Saepe “Pudet” dixi. Lacrimis vix illa retentis
“me miseram!  Iam te” dixit “amare pudet?”

Implicuitque suos circum mea colla lacertos
et, quae me perdunt, oscula mille dedit!

Vincor, et ingenium sumptis revocatur ab armis,
resque domi gestas et mea bella cano.”

Al fin, dije muchas veces a mi niña, ¡vete ya!
al punto ella se sentó en mi regazo.

Muchas veces le dije; me avergüenza, una vez
reteniendo las lágrimas con dificultad ella dijo:
pobre de mí, ahora te avergüenza amarme.

Y rodeó mi cuello con sus brazos y me dio
mil besos de los que me pierden.

Quedo vencido y mi talento se aparta por tomar
las armas. En mi casa, canto las cosas, las hazañas y mis guerras.

2). Marco Tulio cicerón (103-43 a. C).

El primer prosista de la tierra como lo han llamado los mejores latinistas españoles, el más elocuente de los hijos de Rómulo, el intelectual político, sabio y creador de casi toda la lengua latina.

a). Cicerón De orat. II, 9.

Historia autem est testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vitae, nuntia vetustatis.

La historia es el testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida y noticia del pasado.

b). Marco Tulio Cicerón. Verr. 2, 2, 51, 126.

Verres non solum hominum iura, sed etiam deorum inmortalium religiniones omnes repudiavit.

Verres no sólo repudió los derechos de los hombres, sino también todas las cosas sagradas de los dioses inmortales.

c). Marco Tulio Cicerón. Tusc. 5, 34, 98.

Etiam sunt condimenta cenae labor in venatu, sudor, cursus ad Eurotam, fames, sitis.

El trabajo en la cacería, el sudor, la carrera hacia el Eurotas, el hambre y la sed también son condimentos del banquete.

d). Marco Tulio Cicerón. De or. 1, 39, 180.

Q. Scaevola homo omnium disciplina iuris civilis eruditissimus et ingenio prudentiaque acutissimus et oratione maxime limatus atque subtilis atque iuris peritorum eloquentissimus, eloquentium iuris peritissimus fuit.

Quinto Escévola fue el hombre más sabio de todos en la ciencia del derecho civil, el más agudo en carácter y prudencia, y sobre todo, el más cultivado y estricto en la disertación, el más sutil y el más elocuente de los estudiosos del derecho, y el más destacado entre los exponentes de la ley.

e). Marco Tiulio Cicerón. Ad Atticum, III, 5. 10 de abril del año 58. 

Cicero Attico sal. D.

Terentia tibi et saepe et maximas agit gratias. Id est mihi gratissimum. Ego vivo miserrimus et maximo dolore conficior. Ad te quid scribam nescio. Si enim es Romae, iam me assequi non potes; sin es in via, cum eris me assecutus, coram agemus quae erunt agenda. Tantum te oro, ut quoniam me ipsum semper amasti, ut eodem amore sis. Ego enim idem sum; inimici mei mea mihi, non me ipsum ademerunt. Cura ut valeas.

Data IV Id. Apr., Thuriis.

Terencia también con frecuencia agradece sobremanera. Esto es muy agradable para mí. Yo vivo muy infeliz y me debilito con profundo dolor. Ignoro que pueda escribirte. Pues si estás en Roma, ya no puedes alcanzarme; pero si estás en camino, cuando me alcances, en persona haremos las cosas, que debemos hacer. Solamente te pido una cosa: ya que siempre me has querido, ojalá sigas con el mismo cariño. Pues yo mismo lo estoy. Mis enemigos me han quitado mis bienes, pero no mi dignidad. Cuídate y que te vaya bien.

Dado en Turios el 10 de abril.

3). Tibulo Albio (55-19 a. C).

Poeta elegiaco romano, de rango ecuestre, quien sufrió algunas pérdidas en las confiscaciones de la propiedad después de las guerras civiles. Fue amigo de Horacio y de Ovidio y perteneció al círculo de poetas en torno a M. Valerio Mesala Corvino, al que pudo haber seguido en la campaña de las Galias y el próximo Oriente. Escribió dos libros de elegías, donde trata el amor romántico y los placeres de la vida en el campo, es un poeta refinado y exquisito.

Tibulo I. 10. 1-4.

Quis fuit horrendos primus qui protulit enses?
Quam ferus et vere ferreus ille fuit!
Tum caedes hominum generi, tum proelia nata,
Tum brevior dirae mortis aperta via est!

¿Quién fue aquél que primero sacó las espadas feroces?
Quien fue aquél tan feroz y verdaderamente valiente
Pues la muerte de ese género de hombres originó la guerra.
Y así se abrió un camino más corto para una muerte cruel.

4). Catulo Cayo Valerio (84-54 a. C).

Uno de los poetas más brillantes de Roma, hombre rico, apolítico, inteligente, satírico, enamorado y mal correspondido. Se enamoró de una mujer casada de cierta posición social a la que llamaba Lesbia, veinticinco trabajos fueron dedicados a ella, redactados en verso, bien escritos y elegantes.

a). Catulo, Carmina, 85.

Odi et amo! Quare id faciam, fortasse requiris?

Nescio; sed fieri sentio et excrucior!

Te odio y te amo, porqué hago esto, ¿posiblemente te preguntarás? No lo sé, pero siento que así sucede y sufro atrozmente.

b). Catulo, Carmina, 27.

Disertissime Romuli nepotum
quod sunt quotque fuere, Marce Tulli,
quotque post aliis erunt in annis,
gratias tibi maximas Catullus
agit pessimus omnium poeta,
tanto pessimus omnium poeta quanto tu optimus omnium patronus.

¡Oh Marco Tulio!
el más elocuente de los hijos de Rómulo,
cuántos son, cuántos fueron y cuantos han de ser
después en otros años.
Catulo, el peor poeta de todos, te da a ti las gracias máximas, cuanto yo el peor poeta de todos, cuanto tú el mejor abogado de todos.

c). Catulo, Carmina, 13.

Cenabis bene, mi Fabulle, apud me
paucis, si tibi dei favent, diebus,
si tecum attuleris bonam, atque magnam
cenam, non sine candida puella,
et vino et sale et omnibus cachinnis.

Haec si, inquam attuleris, venuste noster,
cenabis bene; nam tui Catulli
plenus sacculus est aranearum.

sed contra accipies meros amores
seu quid suavius elegantiusve est;
nam ungüentum dabo, quod meae puellae
donarunt Veneres Cupidinesque,
quod tu cum olfacies, Deos rogabis,
totum ut te faciant, Fabulle, nasum.

Mi querido Fabulo, con la ayuda de los dioses
comerás espléndidamente en mi casa,
dentro de unos días.
Si traes contigo una rica
y abundante comida, no te olvides de una hermosa
doncella, el vino, la sal y todo lo que produzca carcajada.

Mi distinguido amigo, te recuerdo pues,
si traes esto, comerás bien, pues el bolsillo de
tu amigo Catulo está lleno de telarañas.

En cambio, recibirás amores puros
o algo que es más suave y más elegante,
pues te ofreceré un ungüento que
las Venus y los Cupidillos obsequiaron a mi niña.
Mi querido Fabulo, cuando tú lo huelas, suplicarás
a los dioses que te hagan todo olfato

5). Quinto Horacio Flaco.

El poeta Quito Horacio Flaco es de los más grandes poetas de la historia. Nació el 8 de diciembre del 65 a. C. Fue hijo de un liberto, heredero de un pequeño campo. Pronto llevó una vida moderada debido al trabajo con el paso de los años. Desde los doce años se dedicó a las artes en Roma. Estudió en escuelas de patricios, en la Academia de Retórica de Orbio Pupilio, quien lo obligó a leer la Iliada de Livio Andrónico. A los 20 años su padre lo envió a Atenas a mejorar su griego, allí estudió la filosofía estoica. Al morir su padre y al verse involucrado en los asuntos del asesinato de César, por estar cerca de la gente de Pompeyo, fue desposeído de sus bienes hereditarios. Allí deja el estoicismo y se acerca al epicureísmo. Se ve obligado a trabajar y allí descubre su talento para la poesía lírica, lo cual lo hace ser uno de los poetas patrióticos. Su poesía es una filosofía práctica, que sugiere. Sus primeros escritos son los Épodos, la mayoría son textos satíricos y de gran variedad temática. Tuvo buena amistad con Virgilio, quien le presentó a Cayo Mecenas, amigo del emperador Octavio César Augusto. Sus libros de madurez son las Sátiras y las Epístolas, publicadas en los años 20 y 13 ya en la época de Augusto.

a). Quinto Horacio Flaco. Od. 3, 30, 1-2

Exegi monumentum aere perennius regalique situ pyramidum altius.

He erigido un monumento más duradero que el bronce y más alto que un sitio real de Pirámides.

b). Quito Horacio Flaco. Sat. 2, 2, 8-9.

Male verum examinat omnis corruptus iudex.

Todo juez corrupto examina muy mal la verdad.

c). Marco Valerio Marcial (45-104 d. C).

En sus escritos alcanza ligereza y finura, uno de los poetas más originales. Escribió alrededor de mil quinientas piezas, acostumbraba a inventar nombres para no lastimar a las personas. Es conocidísima su sentencia: “se dice el pecado, pero no el pecador”. Su métrica prefiere el dístico elegíaco, el endecasílabo yámbico y el escazonte.

6). Marcial, Epigrama, VI, 61.

Laudat, amat, cantat nosotros mea Roma libellos,
Meque sinus omnes, me manus omnis habet.
Ecce rubet quídam, pallet, stupet, oscitat, odit.
Hoc volo: nunc nobis carmina nostra placent.

Roma mía alaba, ama y declama mis versos, todos
me llevan en sus bolsillos y en sus manos.
Pero he ahí que alguien se enrojece, palidece,
se queda perplejo, bosteza y odia.

a). Marcial Epigramata VIII, 3; III, 9; II, 88.

Cur non mitto meos tibi, Pontiliane, libellos?
Ne mihi tu mittas, Pontiliane, tuos¡
Versiculos in me narratur Cinna.
Non scribit, cuius carmina nemo legit¡
Nil recitas et vis, Mamerce, poeta videri.
Quidquid vis, esto dummodo nil recitest¡

Querido Pontiliano, ¿por qué no te envío mis libritos?
Para que no me envíes también los tuyos, Pontiliano.

Cina cuenta que escribió unos versitos para mí.
Pero él nada escribe, pues nadie lee sus poemas.

Memerco, no recitas nada y quieres ser tenido por un poeta,

Sé tú lo que quieras, con tal de que no recites nada.

b). Mart. Epig. 12, 88.

Tongilianus habet nasum: scio, non nego. Sed iam nil praeter nasum Tongilianus habet.

Tongiliano tiene una nariz: lo sé, no lo niego. Pero ya nada tiene Tongiliano, excepto su nariz.

7). Petronio árbitro cayo muere en el 65 d. C.

Escritor de ingenio, costumbres singulares, considerado árbitro de la elegancia en la corte imperial de Nerón. Fue la tercera víctima con Séneca y Lucano de la conjuración de pisón. Después de varios siglos, se le ha considerado autor del Satyricón”, en prosa y en verso, en la cual hay novela, historia maravillosa, poema serio, poemas de las novelas de amor griegas y caricatura bufonesca. Su latín es chispeante, vivo, coloquial en que el Satyricón está escrito y revela un gran conocimiento del lenguaje popular de la época, así como un humor rebelesiano en los gustos y actitudes. Es conocidísimo su fragmento sobre la crítica de la educación y las buenas costumbres. “Et ideo ego adulescentulos existimo in scholis stultissimos fieri, quia nihil ex his, quae in usu habemus, aut audiunt aut vident, sed piratas cum catenis in litore stantes, sed tyrannos edicta scribentes, quibus imperent filiis ut patrum suorum capita”.  Y por lo mismo yo pienso que los jovencitos se hacen estultísimos en las clases, porque nada escuchan o nada ven, de esto que tenemos en uso; solamente ven y escuchan a los piratas que están en las costas con sus cadenas y a los tiranos que están escribiendo edictos, en los cuales orden sus hijos que decapiten a sus padres. (Satyricón 15, 4).

Petronio, Satyricón 15, 14.

Quid faciant leges
ubi sola pecunia regnat,
aut ubi paupertas vincere nulla potest?
Ipsi qui cynica traducunt tempora pera
non nunquam nummis vendere vera solent,
Ergo iudicium hihil est nisi publica merces,
atque eques in causa qui sedet,
empta probat.

Qué pueden hacer las leyes,
donde solamente gobierna el dinero,
o donde ningún pobre puede triunfar?
Los mismos que pasan el tiempo con su cínico morral,
suelen vender la verdad por dinero en algún lugar.
Por lo tanto, no hay juicio, sino mercancía pública,
y un juez que preside en una causa a prueba la compra de la verdad.

8). Cayo Fedro (15 a. C  50 d. C)

El fabulista perenne de la literatura latina, escribió relatos con moraleja en el que los personajes son animales que se comportan como hombres. Sus fábulas son adaptaciones de Esopo con elementos propios de la estructura latina, tienen un interés documental, revelando el estado de ánimo de alguna persona humilde en tiempos de Tiberio y de Calígula. Introduce un estilo que embellece con anécdotas, historietas cómicas y alegorías. De los cinco libros que constan sus fábulas, sólo se encuentran extractos, en total noventa y tres composiciones. Los dos primeros libros los escribió durante el gobierno de Tiberio, y cuando compuso el quinto y último era ya, como dice él mismo, de edad avanzada. Entre sus fábulas destacan: La zorra y una máscara, El monte y un ratón, Un toro y un becerro, De los vicios de los hombres, La rana y el buey, El perro que nadaba, La vaca, la chiva, la ovejita y león, entre otras obras.

Bona mutatio. Cayo Fedro. Florilegio latino, Luis Penagos, S. I. Editorial Sal Terrae, Primer Volumen, Santander, 1965, pp. 48-49.

a). Cambia el caballo por una vaca.

Rusticus quidam, nomine Nasica, stultissimus erat, habebat equum optimum et velocissimum. Equum maioris pretii nemo inter vicinos habebat. Sed Nasica vidit in vicino agro pulcherrimam vaccam statimque cogitavit: «talis vacca certe lac uberrimum dat et optimum.» Equum igitur pro vacca callidiori vicino offert et vaccam laetissimus adducit in villam.

Cierto aldeano de nombre Násica que era muy tonto, tenía un caballo excelente y muy veloz. Pues nadie entre sus vecinos tenía un caballo de un valor considerable. Pero Násica vio en el campo vecino una vaca hermosísima e inmediatamente pensó: “ciertamente esta vaca tan grande puede dar excelente y abundante leche”. Así pues, por una vaca cambia su caballo al vecino más listo, y contentísimo se lleva la vaca a su villa.

b). Cambia la vaca por un asno, y éste por una oveja.

Mox Nasica in proximo agro asellum videt nigerrimum. In fronte aselli macula nitebat lacte candidior et lunae cornibus simillima: «numquam, exclamavit Nasica, venustiorem asellum vidit».

Vaccam igitur reddit et asellum cum maximo gaudio adducit. Postea in vicini prato vidit pinguissimam ovem: «numquam, exclamat, pulchrius vidi vellus. Lana est densissima. Ovis certe potior et melior est asello: asellum reddam». Res facilissima erat. vicinus providentior quam Nasica, ovem libenter dat.

Después Násica vio un burrito negrito en el campo cercano. En la frente del burrito resplandecía una mancha más blanca que la leche y muy parecida a los cuernos de la luna: “nunca he visto un burrito tan hermoso”, exclamó Násica. Así pues, cambia la vaca y se lleva el burrito con mucha alegría. Después en el prado de su vecino vio una oveja muy gordita y exclamó diciendo: “nunca he visto un vellón de lana tan hermoso”. Pues la lana es muy densa; ciertamente la oveja es más capaz y mejor que el burrito, por lo tanto, cambiaré al burrito”. “El trueque era muy fácil”. El vecino al ser más hábil que Násica, cambia con mucho gusto a la oveja.

c). Cambia la oveja por un perro, y éste por un ganso.

Mox ovis rustico displicet: vicino enim canis erat, minor quidem quam ovis, sed magis idoneus ad villae custodiam. Mutatio ovis prioribus mutationibus nec peior, nec magis ardua fuit. Canis custos erat maxime sedulus, sed edacissimus. Ideo reddit canem Nasica et anserem obtinet. Sed anser maxime garrulus voce maxime canora Nasicam vexabat. Itaque anserem vicino reddit et gallinam ansere minorem sed pinguiorem obtinet.

Pronto al aldeano le desagradó la oveja: pues el vecino tenía un perro, sin duda era más pequeño que la oveja, pero más compatible para custodiar la villa. En lo sucesivo, el cambio de la oveja no fue peor ni más difícil que los cambios anteriores. Pues el perro era un guardián muy atento, pero demasiado voraz. Por esta razón, Násica lo cambia y adquiere un ganso. No obstante, el ganso era más ruidoso y molestaba a Násica con su grasnido sonoro. Por lo tanto, regresa el ganso al vecino y lo cambió por una gallina menor que el ganso, pero más gordita. 

d). Último cambio.

Mutatio anseris et pessima et extrema omnium fuit. Nam in proxima cena Nasica gallinam edit. Sic egentissimus factus est. Multi homines sunt Nasicae simillimi. Alios ditiores reddunt et ipsi pauperrimi fiunt.

El cambio del ganso fue el peor y el último de todos. Pues, en efecto, en la próxima cena, Násica se comió a la gallina. De este modo se convirtió en el más pobre. Muchos hombres son muy parecidos a Násica. Porque hacen a otros más ricos y ellos mismos se hacen más pobres.

9). Tácito Publio Cornelio (57-117 d. C.).

Notabilísimo historiador de fuerte personalidad y uno de los representantes más auténticos del espíritu, la cultura y la grandeza de Roma. Su latín es claro, elegante y refinado por lo que puede considerarse el último de los clásicos. Su pensamiento alcanza insólita y admirable profundidad. Sus principales obras son las Historias y los Anales.

Tácito, Historias I, 1.

Urbem Romam a principio reges habuere; libertatem et consulatum Lucius Brutus Instituit. Dictadurae ad tempus sumebantur; neque decemviralis potestas ultra biennium, neque tribunorum militum consulare ius diu valuit.

Los reyes gobernaron la ciudad de Roma desde el principio. Lucio Bruto estableció la libertad y el poder. Las dictaduras eran tomadas por un tiempo determinado. La autoridad de los decenviros no duró más de dos años, tampoco el poder consular de los tribunos duró un largo periodo.

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