Inflación en EE. UU. se modera a 2.3%: ¿cómo puede impactar en México?
Por Luis Moreno
La inflación en Estados Unidos registró en abril una moderación interanual al 2.3%, una décima por debajo del dato de marzo y su nivel más bajo desde febrero de 2021, según informó este martes el Buró de Estadísticas Laborales (BLS). Este resultado, inferior al previsto por analistas, se da en medio de la reciente tregua arancelaria entre el presidente Donald Trump y China, lo que abre interrogantes sobre sus efectos en las economías vecinas, particularmente en México.
La cifra sorprendió a los mercados, que esperaban mayores presiones inflacionarias derivadas de los gravámenes impuestos por la administración Trump en el marco de la guerra comercial. Sin embargo, el reciente acuerdo con Beijing —que redujo los aranceles del 145% al 30%— parece haber contenido parte del impacto anticipado.
A nivel mensual, el Índice de Precios al Consumo (IPC) subió 0.2% tras una ligera caída del 0.1% en marzo. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se mantuvo estable en 2.8%. Destacan aumentos en vivienda (0.3%), energía (0.7%) y servicios como salud y seguros automotrices, mientras que alimentos (-0.1%) y productos como ropa y autos usados registraron descensos.
¿Qué significa para México?
Dado el fuerte vínculo económico entre México y Estados Unidos, cualquier movimiento en los precios o en las tasas de interés de la economía estadounidense puede tener efectos directos o indirectos en el país. Analistas advierten que la moderación de la inflación podría ofrecer cierta estabilidad financiera en el corto plazo, pero los recientes ajustes arancelarios y su impacto diferido aún generan incertidumbre.
- Exportaciones e industria mexicana: Una inflación controlada en EE. UU. sugiere una demanda relativamente estable, lo que beneficia a las exportaciones mexicanas, particularmente del sector manufacturero. Sin embargo, si los efectos de los aranceles se intensifican en los próximos meses, podría haber una contracción del comercio bilateral.
- Tipo de cambio: La decisión de la Reserva Federal (Fed) de mantener sin cambios su tasa de interés en el rango de 4.25% a 4.5% reduce la presión para que el Banco de México suba sus propias tasas. Esto podría traducirse en una mayor estabilidad cambiaria, aunque cualquier ajuste en la política monetaria de EE. UU. impactaría directamente en el valor del peso.
- Inflación importada: Si los aranceles terminan por elevar los precios de insumos y productos que México importa desde EE. UU., especialmente bienes intermedios o tecnológicos, podrían trasladarse aumentos de precios al consumidor mexicano.
- Confianza de los inversionistas: Una inflación moderada y un entorno de diálogo entre Washington y Beijing pueden ayudar a mejorar la percepción de riesgo entre los inversionistas, lo que podría favorecer la entrada de capitales a México, aunque persisten riesgos geopolíticos.
Perspectivas
El panorama económico sigue siendo complejo. Si bien la cifra de inflación en EE. UU. ofrece una señal positiva, los analistas advierten que el impacto real de la guerra arancelaria aún no se refleja plenamente. En ese sentido, México deberá estar atento a los efectos de segundo orden, especialmente en sectores exportadores, cadenas de suministro compartidas y la política monetaria de la Fed.
A medida que avance el año, el comportamiento de la inflación estadounidense será un factor clave para definir las decisiones económicas en México, tanto a nivel gubernamental como en el sector privado.