Internacional

Indignación en EE.UU. tras ser retirado con empujones el senador Alex Padilla de conferencia sobre redadas migratorias

Por Luis Moreno

El senador por California, Alex Padilla, fue sacado a empujones de una conferencia de prensa encabezada por la secretaria de Seguridad Interna, Kristi Noem, en Los Ángeles, luego de intentar cuestionar a la funcionaria sobre los recientes operativos migratorios realizados en el estado.

Padilla, el primer latino en ocupar un escaño en el Senado por California e hijo de migrantes, se ha manifestado enérgicamente en contra de las redadas impulsadas por el gobierno de Donald Trump, las cuales han derivado en arrestos masivos de migrantes y en la militarización de algunas zonas del estado.

El incidente ocurrió cuando Padilla se levantó para solicitar la palabra durante la conferencia. Al intentar formular una pregunta relacionada con los operativos y el uso de la fuerza, varios oficiales lo rodearon y lo retiraron por la fuerza, pese a que el senador insistió en permanecer en el lugar.

Ante la presión de la prensa, Kristi Noem declaró que “no tenía ninguna cita concertada con el senador Padilla” y que “no era el momento para discutir preocupaciones individuales”.

La reacción no se hizo esperar. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, calificó el acto como «abominable e indignante» y defendió la legitimidad del senador, señalando que «Padilla es un senador en funciones, no un manifestante más». A través de su cuenta en X, Bass expresó su preocupación por lo que calificó como una “violencia política”.

El gobernador de California, Gavin Newsom, también salió en defensa del senador. En un mensaje en redes sociales calificó la escena como “dictatorial y vergonzosa” y expresó que Padilla es “una de las mejores personas que he conocido”.

Horas después, el senador Padilla ofreció una breve conferencia de prensa en la que denunció lo ocurrido: “No me arrestaron, pero si esto le hacen a un senador por hacer una pregunta, imagínense qué le están haciendo a los demás”. Agregó que su intención era simplemente pedir información sobre los operativos que se han intensificado en el estado.

El hecho ha detonado una nueva ola de críticas hacia la administración federal, acusada de reprimir a líderes opositores y de impulsar una política migratoria basada en el miedo y la fuerza. La situación genera tensiones crecientes entre el gobierno federal y las autoridades locales de California, en medio de una oleada de protestas por la actuación de las fuerzas del orden.

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