Internacional

Haití: Pandillas asesinan a al menos 184 personas en Cité Soleil en una masacre relacionada con acusaciones de brujería

Por Luis Moreno

En una de las masacres más terribles que Haití ha vivido en los últimos tiempos, al menos 184 personas fueron brutalmente asesinadas entre el sábado y el domingo en la capital, Puerto Príncipe, en un ataque orquestado por miembros de una pandilla local. La violencia se desató en el barrio de Cité Soleil, una de las zonas más empobrecidas y golpeadas por la violencia pandilleril, en lo que se considera uno de los actos más mortales de lo que va del año en el país caribeño.

La masacre, que involucró disparos, puñaladas y machetazos, fue atribuida a Monel Félix, conocido como Mikano, líder de una poderosa banda que opera en la zona de Muelle Jérémie. Según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), la violencia fue desencadenada por la muerte de un hijo del líder pandillero, quien se enfermó misteriosamente. Después de su muerte, Félix consultó a un sacerdote vudú, quien acusó a los ancianos locales de practicar brujería y de ser responsables de la enfermedad del niño.

En venganza, Mikano ordenó a sus miembros secuestrar a decenas de residentes mayores de 60 años, a quienes se les señalaba como brujos, y los asesinó de manera cruel. Los testigos informaron que los miembros de la pandilla saquearon las casas de los ancianos, los arrastraron a las calles y los ejecutaron a tiros o los mataron a machetazos. Los cuerpos de las víctimas fueron mutilados, quemados y dejados en las calles, lo que generó un clima de terror absoluto entre la población local. Además de los ancianos, varios jóvenes que intentaron proteger a los más vulnerables también fueron asesinados.

La violencia no fue aislada. La RNDDH ha estimado que al menos 127 de las víctimas tenían más de 60 años, pero también han confirmado que algunos de los asesinados eran personas jóvenes que intentaron salvar a sus vecinos del ataque. Las pandillas, que en gran parte dominan la vida en la capital, han dejado a la población vulnerable atrapada en un ciclo de terror y muerte. A medida que las bandas de Mikano y otros cabecillas criminales crecen en poder, la violencia se ha intensificado, y las personas comunes se han convertido en blancos de la furia de los pandilleros, que actúan con total impunidad.

La masacre ha sido confirmada por la ONU, cuyo alto comisionado para los derechos humanos, Volker Türk, calificó el suceso como «una atrocidad sin precedentes». Según informes de la ONU, el número de muertes violentas en Haití ya ha alcanzado la asombrosa cifra de 5,000 este año, debido a la creciente violencia de las pandillas. La masacre de Cité Soleil se suma a una serie de ataques cada vez más frecuentes, como el ocurrido en Pont-Sondé, en octubre, donde más de 100 personas fueron asesinadas en un ataque represivo por parte de la banda Gran Grif.

El contexto de esta violencia es el colapso del Estado haitiano tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. Desde entonces, el país ha sido incapaz de frenar el avance de las pandillas, que controlan más del 85% de Puerto Príncipe y otras áreas del país. La violencia de las pandillas ha provocado desplazamientos masivos: más de 700,000 personas, muchas de ellas niños, se han visto obligadas a huir de sus hogares. Las bandas suelen recurrir a tácticas de terror como la extorsión, el secuestro, el abuso sexual y la destrucción de propiedades, y sus miembros operan con total impunidad.

La incapacidad de las autoridades haitianas para controlar la violencia ha sido una constante. A pesar de los intentos por parte de la comunidad internacional para mitigar la crisis, Haití sigue atrapado en una espiral de inseguridad. La Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, dirigida por Kenia, fue enviada para apoyar a la Policía Nacional Haitiana, pero no ha logrado frenar el avance de las bandas. La misión enfrenta problemas de financiamiento y falta de recursos adecuados para hacer frente a las bandas fuertemente armadas. Mientras tanto, el gobierno haitiano, sumido en la inestabilidad política, parece incapaz de restaurar el orden o de organizar elecciones libres y democráticas.

Los esfuerzos para crear una fuerza de paz internacional también han sido obstaculizados, en parte por la oposición de potencias como China y Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, que han bloqueado las resoluciones para desplegar una misión de paz de mayor envergadura en Haití. La falta de una respuesta internacional efectiva ha dejado a la población haitiana desprotegida, mientras las pandillas continúan expandiendo su dominio y aterrorizando a la gente común.

Este reciente ataque ha puesto de manifiesto la urgencia de una intervención internacional y una respuesta más contundente ante la crisis en Haití. La ONU y organismos internacionales como Human Rights Watch han instado a un aumento en los esfuerzos para garantizar la seguridad en el país, restaurar el Estado de derecho y poner fin a la impunidad de los criminales. Mientras tanto, los haitianos continúan viviendo bajo el control de las bandas, enfrentando el horror a diario, mientras sus vidas y el futuro de su país se desintegran en medio del caos.

En un contexto tan grave, las palabras del Secretario General de la ONU, António Guterres, resuenan con fuerza: “La situación en Haití es insostenible. La comunidad internacional debe hacer más para restaurar la paz y garantizar la justicia en este país”. Sin embargo, a medida que la violencia sigue sin cesar, la pregunta sigue siendo: ¿quién podrá detener esta espiral de muerte y sufrimiento que amenaza con consumir por completo a Haití?

Deja una respuesta