Ciencia y Tecnología

Esponjas y Nanofibras Poliméricas para la Regeneración Ósea: Un Avance desde la BUAP

Por Patricia Moreno Sánchez

En un significativo avance en el campo de la medicina regenerativa, la doctora Olivia Hernández Cruz ha desarrollado esponjas biodegradables y nanofibras poliméricas con aplicaciones biomédicas y ambientales, como parte del proyecto «Polímeros fotoelectroactivos con aplicaciones biomédicas y ambientales», llevado a cabo en el Centro Avanzado de Pruebas Analíticas no Destructivas de Materiales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Estas esponjas, creadas a partir de materiales poliméricos de fuentes renovables y mediante una metodología libre de disolventes y tecnología radiactiva, representan un avance significativo en la búsqueda de soluciones efectivas y sostenibles para la reparación ósea. «Usar materiales más compatibles con el cuerpo humano y que se degraden en componentes no tóxicos mientras el hueso se reconstruye es un gran avance en la medicina regenerativa», afirmó la doctora Hernández Cruz, quien también destacó que estos desarrollos no solo mejorarán la calidad de vida de los pacientes, sino que facilitarán tratamientos más seguros y efectivos, aliviando la presión sobre los recursos del sistema de salud.

La doctora Hernández Cruz, egresada de la Licenciatura en Química de la BUAP y doctora en Ciencias por la UNAM, señaló que las esponjas pueden ajustar su porosidad para proporcionar soporte mecánico, además de ser compatibles con el cuerpo humano, lo que las convierte en una tecnología prometedora para la ciencia e ingeniería de tejidos. Un ejemplo destacado es su aplicación en el área de salud bucal, donde podrían apoyar la formación de coágulos y promover la cicatrización y regeneración ósea en pacientes con condiciones de salud como diabetes e hipertensión, prevalentes en México.

En cuanto a las nanofibras poliméricas, creadas mediante la tecnología de electrohilado, la doctora Hernández Cruz explicó que estas tienen un gran potencial para la regeneración ósea en el cráneo, ya que pueden imitar la matriz extracelular natural del hueso. Estas nanofibras pueden elaborarse con diversos materiales, como polímeros sintéticos y naturales, y mezclarse con otros compuestos para mejorar sus propiedades. Dependiendo del material utilizado, se puede fomentar la mineralización y la formación de vasos sanguíneos, contribuyendo a la creación de un hueso funcional con características idénticas al hueso nativo del paciente.

La técnica de electrohilado permite crear fibras ultrafinas usando disoluciones poliméricas y aplicando un voltaje alto, lo que genera hilos muy finos y forma una red de nanofibras. Estas pueden prepararse de diferentes polímeros naturales o sintéticos y cargarse con moléculas activas para promover la mineralización, vascularización y tener propiedades antimicrobianas. «Nosotros estamos utilizando polímeros de fuentes naturales para garantizar la sustentabilidad y sostenibilidad, buscando que, conforme se vaya regenerando el hueso, el material se vaya absorbiendo; los polímeros biodegradables cumplen esa función», explicó la investigadora.

En esta investigación colaboran Nicte Lino Vallejo, la doctora Julia Flores Tochihuitl, las alumnas Ariadna Díaz y Claudia Michelle Arduser Villanueva, y el doctor Jorge Raúl Cerna Cortez, director del Centro de Pruebas Analíticas no Destructivas de la BUAP, quienes han participado activamente en el desarrollo experimental y la investigación de estos innovadores materiales.

Este proyecto no solo promete mejorar los tratamientos regenerativos en medicina, sino que también abre nuevas posibilidades para el uso de materiales sostenibles y biodegradables en diversas aplicaciones biomédicas, consolidando a la BUAP como un centro de innovación y desarrollo en el ámbito científico.

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