El Senado aprueba a contrarreloj una enmienda para blindar reformas constitucionales en medio de protestas de la oposición
Por Luis Moreno
En una sesión maratónica y en medio de intensas protestas, el Senado de México, liderado por Morena y sus aliados, aprobó la madrugada del viernes una polémica enmienda constitucional que impide a la Suprema Corte de Justicia y otros tribunales impugnar reformas a la Constitución a través de amparos, acciones de inconstitucionalidad o controversias. Esta reforma, conocida como «supremacía constitucional», busca blindar las reformas judiciales recientes y futuras modificaciones a la Carta Magna, eliminando la posibilidad de que sean revisadas por el Poder Judicial.
La enmienda fue impulsada por el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, y aprobada con 85 votos a favor y 41 en contra, alcanzando la mayoría calificada necesaria para cambios constitucionales. En una sesión marcada por el caos y el cruce de acusaciones, la oposición acusó a Morena de instaurar un “gobierno de tintes dictatoriales” al limitar los mecanismos de revisión judicial sobre las reformas, lo que calificaron como una medida para consolidar el poder oficialista y reducir los controles sobre el gobierno.
Durante el debate, senadores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano levantaron pancartas con consignas como “No a la dictadura en México” y “Morena es la dictadura de México”. A su vez, los senadores de Morena respondieron con carteles que aludían a la “derrota moral” de la oposición, intensificando la polarización en el recinto. La sesión se convirtió en un intercambio de acusaciones y descalificaciones, donde la frase “Lo que se ve no se pregunta” de Juan Gabriel, citada por el presidente del PAN, Marko Cortés, encapsuló la tensa atmósfera del debate.
La enmienda fue aprobada en un proceso exprés, comenzando con la presentación de la propuesta por Morena el martes, su aprobación en comisiones al día siguiente, y su votación final en el Pleno del Senado la madrugada del viernes. El acelerado trámite fue posible gracias a la intervención del senador panista Miguel Ángel Yunes, quien dio a Morena el voto que le faltaba para alcanzar la mayoría calificada, justificada como una “decisión en conciencia y en favor de México”, lo cual fue recibido con abucheos y gritos de “traidor” desde los escaños del PAN.
La enmienda tendrá implicaciones inmediatas en los procesos judiciales en curso, particularmente en aquellos que buscaban detener la implementación de la reforma judicial promovida por la presidenta Claudia Sheinbaum. Esta reforma incluye la controversial disposición de que jueces, ministros y magistrados sean elegidos por voto popular, lo que ha sido duramente criticado por diversos sectores que temen una politización del Poder Judicial.
Entre los detractores de la enmienda, el excandidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya, lanzó duras críticas afirmando que con esta reforma “se destruye la Constitución para blindar la reforma judicial”. Anaya advirtió que, una vez eliminadas las instancias judiciales de revisión, Morena podría recurrir a “excesos”, como manipular la interpretación de la mayoría calificada, celebrar sesiones sin quórum, o incluso violar derechos humanos sin mecanismos de control.
La reforma ahora se dirige a la Cámara de Diputados para su votación final la próxima semana y, de ser aprobada, será turnada a los congresos locales para su ratificación, acelerando así su implementación. Si este proceso se completa, la enmienda afectará de manera estructural la relación entre los poderes Legislativo y Judicial en México, y blindará las reformas futuras para evitar que sean impugnadas judicialmente.
Con la reciente enmienda, Morena pretende encapsular cualquier enmienda constitucional, asegurando que los cambios realizados en el Congreso actual y en futuros legislativos no puedan ser revertidos. La coalición de Morena sostiene que esta medida responde a la voluntad de cambio en el país, mientras que la oposición insiste en que representa un golpe a los contrapesos y los derechos ciudadanos.
La iniciativa ha generado opiniones encontradas en el ámbito jurídico y político del país, y ha polarizado aún más el ambiente en el Senado, donde Morena se muestra determinada a avanzar con su agenda a pesar de la resistencia de los partidos opositores.