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«El Danubio Azul» viajará al espacio: la ESA y Viena corrigen un “error cósmico” con un vals interestelar

La célebre obra de Johann Strauss II será transmitida al cosmos a la velocidad de la luz para conmemorar su bicentenario y el aniversario 50 de la Agencia Espacial Europea

Por Luis Moreno

El 31 de mayo de este año, el vals más famoso del mundo dejará la Tierra para siempre. El Danubio Azul, la icónica pieza compuesta por Johann Strauss II en 1866, será enviada al espacio profundo como parte de una colaboración histórica entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Oficina de Turismo de Viena.

El evento, bautizado como “Vals al espacio”, celebra el bicentenario del nacimiento de Strauss —conocido como el “rey del vals”— y marca también los 50 años de la fundación de la ESA. Será una despedida celestial, transmitida en vivo desde Viena y proyectada simultáneamente en espacios públicos de Madrid y Nueva York, con una interpretación especial de la Orquesta Sinfónica de Viena. La versión que viajará al cosmos será una grabación del ensayo general, que se enviará como señal de radio desde la gran antena parabólica de 35 metros de la Estación de Cebreros, en España.

La ESA ha detallado que la música será convertida en señales de radio y enviada a la velocidad de la luz, es decir, cerca de mil millones de kilómetros por hora. A ese ritmo, El Danubio Azul alcanzará la Luna en 1.5 segundos, Marte en 4.5 minutos, Júpiter en poco más de media hora y Neptuno en cuatro horas. En menos de un día, la señal estará tan lejos como la sonda Voyager 1 —el objeto más distante jamás creado por la humanidad— a más de 23,500 millones de kilómetros.

Esta transmisión también tiene un propósito simbólico: reparar una omisión histórica. Cuando la NASA envió al espacio los discos de oro a bordo de las sondas Voyager en 1977 —con mensajes de la humanidad destinados a civilizaciones extraterrestres—, El Danubio Azul no fue incluido, pese a ser uno de los símbolos culturales más reconocibles del planeta y haber sido parte fundamental del imaginario de la exploración espacial gracias a la cinta 2001: Odisea del espacio, dirigida por Stanley Kubrick.

“La ausencia del vals más famoso de todos en el disco de oro de la Voyager fue un error cósmico que ahora corregimos”, declaró Norbert Kettner, director de la Oficina de Turismo de Viena. Por su parte, Josef Aschbacher, director general de la ESA, destacó el poder unificador de la música: “Nos conecta a todos a través del tiempo y el espacio. La ESA se enorgullece de compartir escenario con Johann Strauss II y de abrir la imaginación de futuras generaciones de científicos y exploradores espaciales”.

La transmisión del vals no es la primera vez que la música viaja al espacio. En 2008, la NASA celebró su 50 aniversario enviando Across the Universe de The Beatles al espacio profundo. En 2012, el rover Curiosity retransmitió desde Marte la canción Reach for the Stars de will.i.am, y en 2023, la agencia envió The Rain (Supa Dupa Fly) de Missy Elliott hacia Venus. Sin embargo, El Danubio Azul se une ahora al club exclusivo de composiciones humanas con destino estelar.

Además del carácter simbólico, el evento subraya la importancia tecnológica y científica de la ESA, cuyo trabajo cotidiano con sondas, satélites y misiones interplanetarias depende de estaciones como la de Cebreros, que cumple también 20 años de operación.

Strauss, nacido el 25 de octubre de 1825, escribió más de 500 composiciones, pero fue El Danubio Azul la que trascendió géneros, generaciones y fronteras. Ahora, dos siglos después, la música que ha resonado en salones de baile, películas y conciertos se convertirá en un mensaje musical a las estrellas, una cápsula de belleza y arte humano flotando en el infinito.

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