EE.UU. niega que Irán haya movido uranio enriquecido antes de ataques; CIA afirma que programa nuclear iraní quedó gravemente dañado
Por Luis Moreno
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, negó tener información de inteligencia que confirme que Irán haya trasladado parte de su uranio altamente enriquecido para protegerlo antes de los ataques estadounidenses del pasado fin de semana, dirigidos contra instalaciones nucleares iraníes.
“No tengo conocimiento de ningún dato de inteligencia que haya revisado, que diga que las cosas no estaban donde se suponía que debían estar, movidas o no”, declaró Hegseth en conferencia de prensa este jueves, en respuesta a versiones que sugieren que Irán ocultó parte de su material nuclear más sensible.
Las declaraciones de Hegseth contrastan con reportes de analistas y medios internacionales. Imágenes satelitales obtenidas por Maxar Technologies mostraron “actividad inusual” en la instalación nuclear de Fordó los días previos al ataque, incluyendo una fila de vehículos en el acceso principal. Una fuente iraní citada por la agencia Reuters aseguró que la mayor parte del uranio enriquecido al 60% —casi apto para armamento— fue trasladada a un lugar secreto antes del bombardeo.
Expertos nucleares internacionales advirtieron que Irán podría estar ocultando parte de sus reservas de uranio, así como componentes críticos del programa nuclear, en sitios aún no identificados por Israel, Estados Unidos o los inspectores de la ONU.
A pesar de estas versiones, Hegseth insistió en que las acciones militares fueron exitosas y criticó a los medios por minimizar el impacto de los ataques, al tiempo que descalificó una evaluación preliminar filtrada de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), la cual sostenía que el operativo solo había retrasado el programa nuclear iraní por unos meses.
“La evaluación es poco confiable”, afirmó Hegseth, respaldando sus dichos en declaraciones del director de la CIA, John Ratcliffe, quien el miércoles aseguró que información “fidedigna” indica que el programa nuclear iraní sufrió daños graves.
Según Ratcliffe, fuentes históricamente confiables confirmaron que varias instalaciones clave fueron destruidas y requerirán años para ser reconstruidas. Por su parte, Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional, también respaldó esta versión y denunció que algunos medios divulgaron de manera selectiva información clasificada filtrada ilegalmente.
La ofensiva aérea estadounidense, considerada la entrada formal de EE.UU. en el conflicto entre Israel e Irán, incluyó el despliegue de 125 aeronaves, entre ellas siete bombarderos B-2, aviones de reabastecimiento y reconocimiento, así como cazas. Se utilizaron más de 75 bombas y misiles contra tres instalaciones nucleares identificadas como estratégicas.
La DIA aclaró que sus informes iniciales no son definitivos, ya que los analistas aún no han podido inspeccionar los sitios atacados directamente, lo que podría modificar las conclusiones actuales sobre el alcance del daño.
Mientras continúan las evaluaciones, la incertidumbre sobre el paradero del uranio iraní y la verdadera magnitud del daño al programa nuclear de Teherán mantiene la tensión internacional en aumento.