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Ecuador declara «Persona Non Grata» a Raquel Serur Smeke, embajadora mexicana tras comentarios de López Obrador.

En un movimiento sin precedentes que ha escalado las tensiones diplomáticas entre México y Ecuador, el gobierno ecuatoriano ha declarado «persona non grata» a la embajadora mexicana en Quito, Raquel Serur Smeke. Este anuncio llega tras los polémicos comentarios del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, acerca del proceso electoral ecuatoriano de 2023 y el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.

Durante su conferencia matutina del 3 de abril, López Obrador ofreció una interpretación controvertida de las elecciones en las que resultó electo el presidente Daniel Noboa, insinuando que el asesinato de Villavicencio había beneficiado indirectamente a Noboa en detrimento de la candidata progresista Luisa González. Estas afirmaciones fueron calificadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador como “muy desafortunadas”, criticando la injerencia en asuntos internos del país andino y la falta de respeto hacia su proceso electoral y su lucha contra el crimen organizado.

El gobierno ecuatoriano, a través de un comunicado de la Cancillería, expresó su profunda consternación y rechazo a las declaraciones del presidente López Obrador, afirmando que tales comentarios atentan contra la dignidad, la soberanía del Estado ecuatoriano y el principio de no intervención. Además, reiteraron su compromiso en la lucha contra el crimen organizado transnacional, subrayando que el país aún se encuentra de luto por el asesinato de Villavicencio, un crimen que ha sacudido los cimientos democráticos de la nación.

La declaración de Serur Smeke como «persona non grata» es una medida diplomática grave que, según la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, obliga a la embajadora a abandonar Ecuador en un plazo breve. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador ha aclarado que esta decisión no implica una ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países.

Este incidente se suma a un historial reciente de fricciones entre México y Ecuador, especialmente tras la negativa de México a permitir la entrada de las autoridades ecuatorianas en su embajada en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien solicitó asilo en diciembre pasado.

Las repercusiones de este conflicto diplomático son aún inciertas, pero marcan un punto de inflexión en las relaciones entre dos naciones que han compartido históricamente lazos de cooperación y solidaridad. Ambos gobiernos enfrentan ahora el desafío de manejar este delicado impasse con prudencia para evitar una escalada mayor que podría afectar no solo sus relaciones bilaterales, sino también su posición en el contexto latinoamericano e internacional.

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