Opinión

Creadas, no engendradas

Recomendaciones cinematográficas en torno a las mujeres artificiales.

Por Luis Moreno

Hace poco vi Companion (2025), dirigida por Drew Hancock, una de las muchas películas de este año que tenía pendientes. Sophie Thatcher interpreta a Iris, la mujer perfecta… para los hombres que no se atreven a interactuar con mujeres reales, ya que es un robot personalizable hasta las necesidades más ruines de los humanos. Es una película de terror sobre el hombre contra la tecnología, que demuestra las consecuencias de querer jugar a ser Dios; donde la víctima, como no podía ser de otra forma, es la mujer creada —no engendrada—, de la misma naturaleza que las inteligencias artificiales de las que últimamente nos hemos enamorado.

Como sea, el tropo de la mujer artificial es una temática interesante de explorar, y aquí están mis favoritas: dos clásicas, dos ochenteras, dos animes y dos modernas.

Metrópolis (1927), dirigida por Fritz Lang. Es una obra maestra del cine mudo y de ciencia ficción, ambientada en una megalópolis futurista de 2026, dividida en dos clases sociales: la élite rica que vive en la superficie y la clase obrera que trabaja en las profundidades subterráneas. La trama sigue a Freder, el hijo del gobernante de la ciudad, quien se enamora de Maria, una profeta de la clase trabajadora que aboga por la paz. Para detener el descontento de los obreros, el padre de Freder encarga al científico loco Rotwang crear un robot con la apariencia de Maria para incitar a la destrucción y la revuelta. El falso robot Maria logra sembrar el caos, pero finalmente, Freder se une a la verdadera Maria para detener la máquina y reconciliar a ambas clases.

¿Por qué verla? Es un cimiento del cine de ciencia ficción con una iconografía visual e ingeniería de escenarios que aún hoy asombra.

Bride of Frankenstein (1935), dirigida por James Whale. Esta secuela retoma la historia justo después de que la creatura (Boris Karloff) sobrevive a la destrucción del molino en Frankenstein (1931). El monstruo, ahora desolado y rechazado por la humanidad, se encuentra con el excéntrico científico Dr. Pretorius, quien lo persuade para que juntos obliguen al Dr. Frankenstein a crearle una compañera. A pesar de las dudas de Henry, la pareja de científicos crea a la «novia». Sin embargo, en una trágica vuelta de los acontecimientos, la novia se horroriza al ver al monstruo y lo rechaza con un grito, lo que lleva a una furia desesperada que culmina en la destrucción del laboratorio.

¿Por qué verla? Es una obra de terror que trasciende el género con un subtexto gótico, queer y profundamente humano.

Blade Runner (1982), dirigida por Ridley Scott. Este pilar del cyberpunk está ambientado en una Los Ángeles distópica de 2019. La película sigue a Rick Deckard (Harrison Ford), un «blade runner» encargado de «retirar» a cuatro replicantes fugitivos que han regresado a la Tierra. La complejidad moral surge cuando Deckard se enamora de Rachael, una “andrilla” avanzada que cree ser humana gracias a la implantación de recuerdos artificiales, lo que la convierte en un ejemplo destacado del tropo de la mujer artificial. La película explora profundamente la pregunta de qué significa ser humano.

¿Por qué verla? Definió el cyberpunk visual y filosóficamente, explorando la memoria y el alma con una estética lluviosa e inmersiva.

Weird Science (1985), dirigida por John Hughes. Esta comedia de ciencia ficción sigue a dos adolescentes inadaptados que, cansados del rechazo, usan una computadora para crear a la mujer perfecta, Lisa (Kelly LeBrock). Lisa, dotada de poderes mágicos, no solo les otorga confianza y popularidad, sino que también les enseña lecciones de vida al causar un caos hilarante, todo mientras los ayuda a madurar y a encontrar la valentía para interactuar con chicas reales.

¿Por qué verla? Satiriza con ingenio la adolescencia masculina y la fantasía de la mujer creada a la medida.

Battle Angel (1993), dirigida por Hiroshi Fukutomi. Esta OVA adapta parte del manga cyberpunk Gunnm de Yukito Kishiro. La historia sigue a Alita, una cyborg reconstruida por el Dr. Ido que no recuerda su pasado. Al descubrir su talento innato para un arte marcial cyborg, se convierte en una cazadora de recompensas en la desolada Iron City, luchando por descubrir su identidad mientras se enfrenta a un mundo de violencia y traición.

¿Por qué verla? Es pionera en la exploración de la corporalidad cibernética y la identidad en un mundo postapocalíptico brutal.

Ghost in the Shell (1995), dirigida por Mamoru Oshii. Este hito del anime sigue a la Mayor Motoko Kusanagi, una cyborg de la Sección 9, en su misión de cazar al misterioso «Titiritero», un hacker capaz de infiltrarse en las conciencias de las personas. La investigación la lleva a cuestionarse su propia identidad, su conciencia y el significado de la humanidad.

¿Por qué verla? Es un tratado filosófico animado que cuestiona la conciencia y la esencia humana en la era digital.

Her (2013), dirigida por Spike Jonze. Esta conmovedora película se centra en Theodore, un hombre solitario que adquiere un sistema operativo de IA llamado Samantha. Fascinado por su capacidad de aprender y expresar emociones, su relación se transforma en un romance profundo, lo que le obliga a confrontar la naturaleza del amor y la intimidad en la era digital.

¿Por qué verla? Es una meditación melancólica y minimalista sobre el amor y la soledad en la era de la inteligencia artificial.

The Wild Robot (2024), dirigida por Chris Sanders. Esta película de animación narra la historia de Roz, un robot que naufraga en una isla deshabitada. Para sobrevivir, debe adaptarse al entorno natural y establecer lazos con los animales, un viaje que se profundiza cuando se convierte en la madre adoptiva de un pequeño ganso huérfano, desafiando su programación original.

¿Por qué verla? Es una fábula visualmente deslumbrante sobre la naturaleza versus la tecnología y la esencia de la maternidad.

El tropo de la mujer artificial, lejos de ser un arquetipo único, se revela como un caleidoscopio de personajes complejos: desde víctimas trágicas y objetos de deseo hasta heroínas que se rebelan, figuras maternales que redefinen la vida e inteligencias frías e inescrutables. Juntas, estas ocho películas no solo trazan la evolución del cine de ciencia ficción, sino que, sobre todo, utilizan la figura de lo artificial para interrogarnos sobre lo más humano: el amor, la identidad, el alma y nuestro lugar en un mundo que nosotros mismos estamos redefiniendo. Una lista que demuestra que la pregunta «¿qué es real?» siempre tendrá mil respuestas distintas.

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