Ciencia y Tecnología

Científicos de Virginia Tech buscan la materia oscura en las rocas de la Tierra: Un enfoque revolucionario

Por Luis Moreno

En un giro inesperado en la búsqueda de la esquiva materia oscura, un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Virginia (Virginia Tech) ha decidido mirar hacia la Tierra en lugar de hacia el espacio. En lugar de utilizar telescopios o colisionadores de partículas para encontrar la materia oscura en el cosmos, este equipo está excavando en las rocas de la Tierra, que se cree podrían haber estado en contacto con esta misteriosa sustancia hace miles de millones de años.

La materia oscura, que constituye aproximadamente el 29% del universo, sigue siendo uno de los mayores misterios de la ciencia moderna. Aunque nunca se ha observado directamente, su existencia ha sido inferida a través de los efectos que provoca sobre la gravedad en galaxias y otros cuerpos celestes. La masa visible de las estrellas y las galaxias no explica completamente las fuerzas gravitacionales observadas, lo que sugiere que debe haber algo más, algo invisible, que ejerza esa influencia: la materia oscura. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos, como telescopios espaciales y colisionadores de partículas, los científicos no han podido observarla de forma directa.

Patrick Huber, físico y líder del proyecto, propone un enfoque innovador para intentar encontrar la materia oscura en las profundidades de la Tierra. En lugar de buscarla en el espacio, Huber y su equipo han decidido estudiar rocas y cristales antiguos que podrían haber estado en contacto con materia oscura hace miles de millones de años. Según su hipótesis, si la materia oscura ha estado presente desde los primeros momentos del universo, es posible que haya dejado huellas en los minerales que componen la corteza terrestre.

«Es una locura», admite Huber. «Cuando escuché por primera vez sobre esta idea, pensé, esto es insano. Pero si tiene éxito, podría cambiar todo lo que sabemos sobre el universo».

Esta perspectiva inusual ha atraído tanto admiración como escepticismo en la comunidad científica, pero la singularidad del enfoque ha encendido la curiosidad de muchos.

El equipo de investigadores tiene la esperanza de que las rocas milenarias puedan contener «rastros» de materia oscura. Para ello, planean tomar muestras de cristales que han estado expuestos a partículas durante millones de años. La estrategia es separar los elementos que ya se conocen y, en teoría, encontrar lo que queda: algo desconocido, que podría ser materia oscura. Este análisis se llevará a cabo en un laboratorio subterráneo especialmente diseñado para reducir las interferencias de otras partículas y evitar la contaminación externa.

El proyecto busca analizar los cristales que han estado expuestos a la radiación cósmica y otras partículas desde la formación de la Tierra. Los investigadores se concentrarán en los cristales más antiguos, pues la exposición prolongada a diferentes partículas a lo largo del tiempo podría haber dejado evidencias de interacciones con materia oscura. Si logran aislar un «rastro» de esta materia, podría ofrecer una nueva forma de detectarla indirectamente y abrir nuevas puertas a la comprensión del cosmos.

A pesar de las dificultades y la falta de garantías, Huber y su equipo están convencidos de que este enfoque es válido. El equipo se siente motivado por la posibilidad de que esta investigación pueda finalmente desentrañar uno de los grandes misterios de la física moderna. Como expresó Huber con humor: “Otras personas en su crisis de la mediana edad podrían tomar una amante o conseguir un coche deportivo. Yo tengo un laboratorio”. Para él, este proyecto no es solo un desafío científico, sino también una forma de dejar una huella en la historia de la ciencia.

El éxito de esta investigación, si llegara a producirse, no solo permitiría verificar la existencia de la materia oscura, sino que podría cambiar nuestra comprensión sobre los fenómenos astronómicos, como la gravedad, la formación de galaxias y la estructura del universo. Además, el hallazgo de materia oscura podría tener aplicaciones prácticas en tecnologías futuras, como fuentes de energía que todavía no podemos imaginar.

A pesar de ser un proyecto experimental, la investigación sobre la materia oscura sigue siendo una de las áreas más intrigantes y desafiantes de la ciencia. Mientras que muchos miran al espacio con telescopios y sondas, este grupo de científicos ha decidido mirar hacia el interior de la Tierra, en un esfuerzo por resolver uno de los enigmas más profundos de la física moderna. Aunque aún no se sabe si tendrán éxito, este enfoque innovador está, sin duda, cambiando la manera en que se investiga el universo y sus misterios.

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