Internacional

Carlos III advierte sobre un mundo «más peligroso que nunca» y respalda soberanía canadiense ante amenazas de anexión de Trump

Por Luis Moreno

En un hecho histórico, el rey Carlos III inauguró este martes el Parlamento de Canadá con un discurso que, aunque protocolario, fue interpretado ampliamente como una contundente muestra de apoyo a la soberanía canadiense frente a las recientes amenazas de anexión del presidente estadounidense Donald Trump.

“Desde la Segunda Guerra Mundial, nuestro mundo nunca ha sido más peligroso e inestable. Canadá enfrenta desafíos que no tienen precedentes en nuestras vidas”, declaró el monarca en francés, subrayando el contexto global crítico en el que se encuentra la nación norteamericana. Carlos III añadió que muchos canadienses «se sienten nerviosos y preocupados por el mundo que cambia drásticamente a su alrededor”.

La intervención del rey, que normalmente mantiene una estricta neutralidad política, ocurrió a petición del primer ministro Mark Carney. Su presencia tiene un fuerte simbolismo: reafirmar la independencia y soberanía del país frente a una retórica expansionista que ha ganado fuerza con Trump, quien en múltiples ocasiones ha sugerido públicamente que Estados Unidos debería anexar a Canadá como su «estado 51».

Un mensaje político sin precedentes

Aunque el contenido del discurso es redactado por el gobierno canadiense, Carlos III introdujo comentarios personales que reflejan su estima por el país. “Siempre he tenido la mayor admiración por la identidad única de Canadá, reconocida en todo el mundo por su valentía, su diversidad y su amabilidad”, dijo el monarca, quien realiza su vigésima visita oficial al país.

El discurso abordó directamente las prioridades del gobierno de Carney, incluyendo el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas Canadienses, la participación en el programa “ReArm Europe” y el refuerzo de la presencia militar en el Ártico, región estratégica ante crecientes tensiones internacionales. “La libertad, el pluralismo, el Estado de derecho y la autodeterminación son valores que el gobierno está decidido a proteger”, subrayó el rey.

Una respuesta a Trump

El discurso del monarca se produce en un contexto de creciente tensión entre Ottawa y Washington. Las insinuaciones de Trump sobre una posible anexión han causado alarma en el ámbito político canadiense, y el nuevo primer ministro Carney ha buscado diferenciarse del país vecino reafirmando la soberanía de Canadá.

Más del 75% de las exportaciones canadienses se dirigen actualmente a Estados Unidos, y Carney ha prometido diversificar el comercio y reducir esa dependencia. La protección del idioma francés y de la cultura quebequense también figura entre las prioridades del gobierno, en respuesta a las críticas del expresidente republicano hacia el sistema canadiense de gestión del suministro agrícola, especialmente en Quebec.

Un acto lleno de simbolismo

La ceremonia de apertura fue acompañada por el despliegue de un carruaje real, guardias de honor y una recepción formal en el Senado, en una escena cargada de símbolos del vínculo histórico entre Canadá y la monarquía británica. No obstante, el verdadero mensaje fue político: una reafirmación de que Canadá, a pesar de sus profundos lazos con Estados Unidos, mantiene una identidad independiente y una voluntad firme de defenderla.

“El país ha cambiado drásticamente desde que mi madre inauguró el Parlamento hace casi 70 años. Ha abrazado sus raíces británicas, francesas e indígenas y se ha convertido en una nación ambiciosa, bilingüe y multicultural”, destacó el monarca.

El rey regresará al Reino Unido tras visitar el Monumento Nacional de Guerra de Canadá. Mientras tanto, su discurso sigue resonando como un recordatorio firme de que la soberanía canadiense no está en venta.

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