Aristóteles y la Metafísica. Una de las fuentes del humanismo histórico
Por Juvenal Cruz Vega. Director de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz
De mi máxima consideración. In memoriam doctor Juan Manuel Campos Benítez.
Prenotando.
La historia de este artículo ha surgido por mi amor y vocación al estudio y a la enseñanza de la lengua griega. Desde adolescente he tenido esta inquietud, tal vez por el deseo de saber algo de lo que comúnmente a la mayoría no le atrae o no le interesa. La invitación que hace Aristóteles al principio de su Metafísica me llegó desde muy temprano: “Πάντες ἄνθρωποι τοῦ εἰδέναι ὀρέγονται φύσει” (Todos los hombres desean saber por naturaleza).
Pronto respondí a esta invitación y comencé a estudiar humanidades clásicas, y a la vez griego, latín y español. Tuve que echar mano de la sabiduría de mis maestros para poder ingresar, no sólo a la lengua y a la cultura griega, sino también a los autores mismos. Aristóteles, Heródoto, Tucídides, Jenofonte, Platón, Esopo, Tales de Mileto y san Lucas, quienes siempre han sido mis favoritos en el estudio de las humanidades clásicas.
Estudiar un autor de esta magnitud es como subir a una gran montaña, porque se requiere un buen equipo, conocimiento y práctica, mejor aún, teoría y práctica, cuyo fin es conocer lo singular y lo universal que requiere el contenido de la misma lengua, tal como lo sugiere Aristóteles en su Metafísica. Tenía que ser este autor, el que me diera la respuesta para resolver algunos problemas fundamentales de la filosofía y la gramática, puesto que las dos disciplinas se requieren una y otra; además las dos asignaturas son las que tienen mayor influencia en el lenguaje hablado y escrito.
La gramática es normativa, la filosofía es especulativa, sistemática y práctica; la gramática concede reglas y la filosofía da libertad, pero sin separarse del conocimiento y de la vida misma. Ambas disciplinas son una especie de intencionalidad, las dos se buscan a la hora de la comprensión de un texto, al traducirlo, coméntalo, exponerlo y criticarlo, si es que nuestro propósito fuera reunir las tres disciplinas ejemplares de la lengua, esto es, la filología, la hermenéutica y exegética.
Por otro lado, la enseñanza de las lenguas modernas tiene razón al proponer un proyecto pragmático, esto es, al querer enseñar una lengua sin gramática y sin filosofía, pero tienen razón sólo parcialmente, porque únicamente enseñan a partir de una circunstancia mundial, que consiste en hablar un poco la lengua para comunicarse medianamente o de una forma común. No obstante, a la hora de entrar a los autores, a los que he aludido en esta disertación, se requiere un poco más que la conversación que se ha venido mostrando en los manuales recientes para la enseñanza de la lengua griega.
Un buen autor se expresa correcta y elegantemente, aunque presente formas verbales y sintácticas muy elementales, sin prescindir de la sintaxis compuesta y de los periodos largos de los que suelen apuntarse en los cursos medianos y superiores de la lengua griega, y que son los que tienen en común los autores de la época de la paidéia.
Sin duda alguna, Aristóteles es el vehículo o el código para comunicarse con los autores de los siglos IV, V y VI antes de Cristo hasta los autores de la época imperial y de los primeros siglos del cristianismo. En consecuencia, sea este estudio un prenotando a la obra de Aristóteles al ser estudiada en su lengua original.
1). Noticia biográfica y sucinta de Aristóteles.
Aristóteles, el filósofo griego por antonomasia es considerado uno de los pensadores más importantes de la historia, oriundo de Estagira, Macedonia, nació en el año 384 a. C; llegó a Atenas siendo un joven de 17 años con el propósito de completar su formación en la Academia de Platón, su maestro más cercano. En el año 335 fundó su propia escuela filosófica, a la que llamó Liceo. Tuvo un singular amor a la sabiduría, que coronó en su madurez filosófica con su Filosofía primera o Metafísica. En su obra puede hallarse una pluralidad de temas desde la medicina, filosofía, ética, lógica, zoología, política, física, y sobre todo, lo hace ser distinto de muchos pensadores de la historia a través sus escritos sobre Metafísica. Con él termina la filosofía perenne, y muere en el año 322 a. C; a su muerte siguió su obra el filósofo Teofrasto (370-287 a. C), el cual heredó la biblioteca de su maestro.
Uno de los temas más destacados de la filosofía es el asombro, porque es la actitud de un hombre que ama verdaderamente la sabiduría. Hay un hermoso texto de Aristóteles que recoge este mismo motivo: “Antes lo mismo que hoy el asombro ha inducido a los hombres a filosofar. Al comienzo el asombro surgía ante los fenómenos que se presentan directamente y que no podían explicarse. Después fue incrementándose poco a poco y se aplicó también a cuestiones mayores, como los fenómenos de la luna, el sol y las estrellas o el origen del universo. Ahora bien, quien pregunta y se admira tiene un sentimiento de ignorancia. Por eso es amigo de los mitos y en cierto sentido es un filósofo. Los mitos, en efecto, están llenos de maravillas. Así, pues, para remediar su ignorancia, los hombres empezaron a filosofar”. (Met. I, 2, 982b. Citado por Arno Anzenbacher en Introducción a la filosofía, Editorial Herder, Versión castellana, Barcelona, 1993, p. 19).
También, uno de los temas más apasionados de la filosofía de Aristóteles es su teoría del conocimiento, que se puede apreciar desde los primeros fragmentos de la Metafísica. He aquí uno de ellos: “El saber y el conocimiento por sí mismo corresponde sobre todo a la ciencia de lo cognoscible en el sentido supremo. Quien elige el saber por sí mismo, elegirá por lo general la ciencia suprema, que es la ciencia de lo cognoscible en el sentido último. Ahora bien, cognoscibles en sentido supremo son los primeros principios y las causas, pues por ellos y desde ellos se conoce todo lo demás, mientras que esto no se conoce desde lo subordinado. La más soberana entre las ciencias, superior a la que sirve, es aquella que conoce la finalidad de por qué hay que hacer cada cosa; y esa finalidad es el bien en cada caso concreto y lo mejor en la naturaleza entera”. (Met. 1, 2, 982a-982b. Arno Anzenbacher. Opu. Cit, p. 41).
Otra de las disciplinas actuales de la filosofía y que debe mucho al filósofo Aristóteles es la Filosofía del hombre o Antropología filosófica. Aunque el nombre y su síntesis viene de la obra del filósofo alemán Max Scheler. (Especialmente en sus dos obras: El Puesto del hombre en el cosmos y La idea del hombre y la historia). Esta ciencia hace más fuerte la pregunta fundamental de la filosofía que arranca desde que hay hombre en la tierra hasta nuestros días. O sea, que la pregunta es tan antigua como el hombre mismo. Y Aristóteles es magistral al respecto, especialmente en su Metafísica, tal como apunta José Rubén Sanabria cuando escribe: “Si hemos de creer a Aristóteles, el hombre por naturaleza desea saber. Todos los hombres desean saber por naturaleza. Esta frase al parecer trivial, inicia uno de los escritos del filósofo griego, obra que uno de sus discípulos llamó Metafísica”. (Más detalles véase Filosofía del hombre, José Rubén Sanabria, Porrúa, México, 1987, pp-11-60; para ver al mismo Aristóteles, véase Metafísica, Valentín, García Yebra, Gredos, Madrid, 1970. Estudio trilingüe- griego, latín y español).
2). Acercamiento a Aristóteles a través de la lengua griega. Met. I, 980 a.
El texto que ahora presento es un ejercicio para examinar la sintaxis fundamental del griego clásico y para fundamentar la enseñanza del griego antiguo. Aquí se encuentran oraciones simples y compuestas. El texto nos enseña la estructura de un periodo, oraciones bimembres y unimembres; oraciones transitivas, intrasitivas y sustantivas; también la oración subordinada, circunstancial, completiva de infinitivo y la oración final con el verbo en modo subjuntivo. Igualmente nos enseña a utilizar las oraciones coordinadas correlativas, la oración con dativo posesivo y más.
Es uno de los textos más hermosos de la filosofía clásica. Ha sido tomado de la Metafísica como ya dije arriba, pues se trata de uno de los principales trabajos del filósofo griego. Trata de las tesis fundamentales de la filosofía sistemática, tanto por el lado del conocimiento, del pensamiento, de la naturaleza y de la relación del hombre consigo mismo, con los demás seres, incluso con el absoluto. Plantea el lugar que ocupan los sentidos en la relación del conocimiento y su jerarquía frente a todos los sentidos. Por esto, los grandes maestros a través de la historia han extraído los contenidos esenciales de las disciplinas filosóficas, tales como: lógica, epistemología, ontología, filosofía del mundo físico, metafísica, ética, axiología y filosofía del absoluto.
En esta disertación presentaré el texto bilingüe, por un lado, para aplicar la analogía en la traducción y para practicar la traducción misma, pues como se sabe, la mejor forma de comprobar la teoría de la traducción y hacerla arte, es traduciendo, texto por texto. Pero, por otro lado, pongo este texto para mostrar mayormente la apreciación del texto mismo, y así, el lector podrá divertirse y alimentar sus propios ojos como apuntó el poeta romano Publio Ovidio Nasón; desde el punto de vista lúdico y didáctico remitimos a este ejemplar poeta para deleitar los ojos de cada uno. Se trata de un texto donde un joven patricio anda cotejando a una doncella interesada y la cita es en el anfiteatro romano. Y dice así: Non ego nobilium sedeo studiosus equorum; cui tamen ipsa faves vincat ut ille precor. Ut loquerer tecum veni tecumque sederem, ne tibi non notus quem facis esset amor. Tu cursus spectas, ego te – spectemus uterque quod iuvat, atque oculos pascat uterque suos. Yo no me considero un experto de finos caballos, pero ojalá aquel auriga derrote al que tú misma favoreces. He venido para hablar contigo y sentarme junto a ti, no sea que no conozcas el amor que me despierta. Tú contemplas las carreras y yo a ti, observemos ambos lo que nos deleita y cada uno que alimente sus propios ojos. (Ovidio, Amores. III. 2).
Así, pues, nos encontramos frente al texto más traducido, más interpretado, más comentado, y más aplicado a diversas disciplinas del conocimiento, desde Alejandría de los Tolomeos, hasta nuestros días.
3). Texto bilingüe: griego y español.
Πάντες ἄνθρωποι τοῦ εἰδέναι ὀρέγονται φύσει. Σημεῖον δ’ ἡ τῶν αἰσθήσεων ἀγάπησις. Καὶ γὰρ χωρὶς τῆς χρείας ἀγαπῶνται δι’ αὑτάς, καὶ μάλιστα τῶν ἄλλων ἡ διὰ τῶν ὀμμάτων. Οὐ γὰρ μόνον ἵνα πράττωμεν ἀλλὰ καὶ μηδὲν μέλλοντες πράττειν τὸ ὁρᾶν αἱρούμεθα ἀντὶ πάντων ὥς εἰπεῖν τῶν ἄλλων.
Αἰτίον δ’ ὅτι μάλιστα ποιεῖ γνωρίζειν ἡμᾶς αὕτη τῶν αἰσθήσεων καὶ πολλὰς δηλοῖ διαφοράς. Φύσει μὲν οὖν αἴσθησιν ἔχοντα γίγνεται τὰ ζῶα, ἐκ δὲ ταύτης τοῖς μὲν αὐτῶν οὐκ ἐγγίγνεται μνήμη, τοῖς δ’ ἐγγίγνεται.
Καὶ διὰ τοῦτο ταῦτα φρονιμώτερα καὶ μαθητικώτερα τῶν μὴ δυναμένων μνημονεύειν ἐστί, φρόνιμα μὲν ἄνευ τοῦ μανθάνειν ὅσα μὴ δύναται τῶν ψόφων ἀκούειν (οἷον μέλιττα κἄν εἴ τι τοιοῦτον ἄλλο γένος ζῴων ἐστί), μανθάνει δ’ ὅσα πρὸς τῇ μνήμῃ καὶ ταύτην ἔχει τὴν αἴσθησιν.
Tὰ μὲν οὔν ἄλλα ταῖς φαντασίαις ζῇ καὶ ταῖς μνήμαις, ἐμπειρίας δὲ μετέχει μικρόν· τὸ δὲ τῶν ἀνθρώπων γένος καὶ τέχνῃ καὶ λογισμοῖς. Γίγνεται δ’ ἐκ τῆς μνήμης ἐμπειρία τοῖς ἀνθρώποις. Αἱ γὰρ πολλαὶ μνῆμαι τοῦ αὐτοῦ πράγματος μιᾶς ἐμπειρίας δύναμιν ἀποτελοῦσιν.
Καὶ δοκεῖ σχεδὸν ἐπιστήμῃ καὶ τέχνῃ ὅμοιον εἶναι ἡ ἐμπειρία, ἀποβαίνει δ’ ἐπιστήμη καὶ τέχνη διὰ τῆς ἐμπειρίας τοῖς ἀνθρώποις. Ἡ μὲν γὰρ ἐμπειρία τέχνην ἐποίησεν, ὡς φήσὶ Πῶλος ἡ δ’ ἀπειρία τύχην.
Γίγνεται δὲ τέχνη ὅταν ἐκ πολλῶν τῆς ἐμπειρίας ἐννοημάτων μία καθόλου γένηται περὶ τῶν ὁμοίων ὑπόληψις. Τὸ μὲν γὰρ ἔχειν ὑπόληψιν ὅτι Καλλίᾳ κάμνοντι τηνδὶ τὴν νόσον τοδὶ συνήνεγκε καὶ Σωκράτει καὶ καθ᾽ ἕκαστον οὕτω πολλοῖς, ἐμπειρίας ἐστίν·
τὸ δ᾽ ὅτι πᾶσι τοῖς τοιοῖσδε κατ᾽ εἶδος ἓν ἀφορισθεῖσι, κάμνουσι τηνδὶ τὴν νόσον, συνήνεγκεν, οἷον τοῖς φλεγματώδεσιν ἢ χολώδεσι ἢ πυρέττουσι καύσῳ, τέχνης. Πρὸς μὲν οὖν τὸ πράττειν ἐμπειρία τέχνης οὐδὲν δοκεῖ διαφέρειν, ἀλλὰ καὶ μᾶλλον ἐπιτυγχάνουσιν οἱ ἔμπειροι τῶν ἄνευ τῆς ἐμπειρίας λόγον ἐχόντων (αἴτιον δ᾽ ὅτι ἡ μὲν ἐμπειρία τῶν καθ᾽ ἕκαστόν ἐστι γνῶσις ἡ δὲ τέχνη τῶν καθόλου, αἱ δὲ πράξεις καὶ αἱ γενέσεις πᾶσαι περὶ τὸ καθ᾽ ἕκαστόν εἰσιν·
οὐ γὰρ ἄνθρωπον ὑγιάζει ὁ ἰατρεύων ἀλλ᾽ ἢ κατὰ συμβεβηκός, ἀλλὰ Καλλίαν ἢ Σωκράτην ἢ τῶν ἄλλων τινὰ τῶν οὕτω λεγομένων ᾧ συμβέβηκεν ἀνθρώπῳ εἶναι· ἐὰν οὖν ἄνευ τῆς ἐμπειρίας ἔχῃ τις τὸν λόγον, καὶ τὸ καθόλου μὲν γνωρίζῃ τὸ δ᾽ ἐν τούτῳ καθ᾽ ἕκαστον ἀγνοῇ, πολλάκις διαμαρτήσεται τῆς θεραπείας· θεραπευτὸν γὰρ τὸ καθ᾽ ἕκαστον).
Todos los hombres desean saber por naturaleza. Por eso, el amor a los sentidos es la prueba. Y en efecto, independientemente de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, pero el más importante de los otros, de uno en uno, es el sentido de la vista. Pues no sólo cuando realizamos algo, sino también cuando no queremos hacer nada, preferimos la vista en lugar de todos, es decir, de los otros sentidos.
En verdad, esta es la causa que nos hace conocer más que los otros sentidos, aunque demuestra muchas diferencias. Realmente los animales nacen dotados de sentidos por naturaleza, pero de estos, algunos de ellos, no tienen memoria, otros si tienen. Y por eso, éstos últimos son más aptos y más dispuestos para aprender que los que no tienen la capacidad de recordar; son aptos sin aprender, los que no tienen la capacidad de escuchar los sonidos (como la abeja y los otros animales semejantes, si los hay), en cambio, aprenden, los que además de memoria, también tienen este sentido.
Ciertamente, los otros animales viven por medio de imágenes y de recuerdos, pero participan poco de la experiencia. En cambio, el ser humano tiene participación con el saber y con el razonamiento. Y del recuerdo, se hace la experiencia para los hombres, pues muchos recuerdos de un mismo hecho, realizan el sentido de una experiencia. Y en síntesis, parece que la experiencia es semejante a la ciencia y al arte, pero la ciencia y el arte llegan a los hombres por medio de la experiencia. Pues la experiencia hizo el arte como dice Polo, pero la inexperiencia hizo al azar.
Ciertamente el arte nace siempre que surja un pensamiento universal sobre las cosas semejantes de muchas reflexiones de la experiencia. Pues el tener una opinión que a Calias, que padeció tal enfermedad, también llevo esto a Sócrates, a cada uno y de igual modo a muchos otros, de aquello que es propio de la experiencia.
Pero el saber que fue provechoso para todos los individuos que han sido definidos en una sola clase, y que son afectados por esta enfermedad, por ejemplo, a los flemáticos o biliosos, o los que tienen ardor, que es propio del arte. Así pues, para la vida práctica la experiencia no parece que sea diferente del arte, pero además los expertos tienen más éxito que los que tienen conocimientos sin experiencia. Y la causa es que por una parte, la experiencia es el conocimiento de cada una de las cosas singulares, y por otra parte, el arte lo es de las cosas universales. Pero todas las acciones y generaciones tratan de lo singular.
Pues el médico no sana al hombre, a no ser que sea por accidente, sino a Calias o a Sócrates, o a alguno de los otros, de los que así se llaman, lo cual se acerca, a lo que es un hombre. En consecuencia, si alguien tiene un conocimiento sin experiencia y descubre lo universal, pero ignora lo singular, errará muchas veces en la curación, porque lo singular podrá ser curado.