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Aprobación de la reforma constitucional en el Senado: Guardia Nacional pasa a control de la Sedena

Tabasco es primer estado en avalarla

Por Luis Moreno

El Senado de la República ha aprobado con 86 votos a favor y 42 en contra la controvertida reforma constitucional que transfiere el control de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta decisión marca un hito en la estrategia de seguridad impulsada por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, quien desde su llegada al poder en 2018 planteó esta medida como una de sus principales líneas de acción. Con el respaldo de Morena y sus aliados, el PT y el PVEM, se logró la mayoría calificada necesaria para aprobar esta enmienda.

La reforma convierte a la Guardia Nacional en una corporación militar, sumándose a las fuerzas armadas ya existentes: el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Aunque la futura presidenta, Claudia Sheinbaum, ha respaldado el cambio, asegurando que no representa una militarización de la seguridad pública, la medida ha generado fuertes críticas de sectores opositores y activistas. Entre las preocupaciones principales se encuentra el temor al empoderamiento excesivo del Ejército, que históricamente ha mostrado poca transparencia y rendición de cuentas.

En el proceso legislativo, Morena logró convencer a algunos senadores clave para sumar votos, incluyendo al panista Miguel Ángel Yunes Márquez, quien en una decisión sorpresiva apoyó tanto esta reforma como la del Poder Judicial semanas antes. Esta alianza permitió a Morena alcanzar los 86 votos requeridos.

En paralelo, la aprobación de la reforma ha generado reacciones en los congresos estatales. El Congreso de Tabasco fue el primero en avalar la minuta, con 27 votos a favor y 8 en contra. Morena y sus aliados del PVEM y PT lograron la mayoría, mientras que el PRD se opuso firmemente. El coordinador del PRD, Nelson Gallegos, criticó la reforma al considerar que el saldo en seguridad pública del gobierno de López Obrador ha sido negativo, destacando el fracaso de la estrategia de “abrazos y no balazos”.

Por su parte, los defensores de la reforma, como el diputado morenista Manuel Gurria, argumentaron que el fortalecimiento de la Guardia Nacional permitirá una mayor eficacia en la persecución de delitos y que, con personal más capacitado, los resultados se verán en el corto plazo.

Esta votación representa la culminación de una de las mayores controversias del sexenio de López Obrador, quien durante su mandato evitó impulsar la reforma hasta que Morena y sus aliados obtuvieron la supermayoría en el Congreso. Con este cambio, la GN, creada inicialmente como una fuerza híbrida entre lo militar y lo civil, queda completamente bajo control castrense, rompiendo sus vínculos con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

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