Ciencia y Tecnología

Videojuegos y Bienestar Mental: Un Estudio Revoluciona la Percepción Tradicional

Por Lolis Moreno

Durante años, los videojuegos han sido el blanco de críticas y preocupaciones relacionadas con su impacto negativo en la salud mental. Acusaciones de fomentar la violencia, generar adicción y causar aislamiento social han estado en el centro del debate. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista Nature Human Behaviour ofrece una perspectiva innovadora y optimista sobre los efectos de los videojuegos, desafiando las ideas preconcebidas que han dominado el discurso público.

El estudio, liderado por Hiroyuki Egami, científico del comportamiento en la Universidad de Nihon, Tokio, se distingue por su enfoque riguroso y su amplia base de datos. Con más de 97.000 participantes, el informe utiliza cuestionarios detallados y técnicas avanzadas de machine learning para examinar la relación entre los videojuegos y el bienestar mental. Este enfoque ha permitido realizar un análisis más profundo y fiable sobre cómo jugar a videojuegos puede influir en la salud psicológica.

Durante la pandemia de COVID-19, el acceso a las consolas de videojuegos en Japón estaba restringido a través de una lotería nacional, un contexto que ofreció una oportunidad única para los investigadores. Los participantes en el sorteo fueron divididos en dos grupos: aquellos que obtuvieron una consola y aquellos que no. Al comparar la salud mental de ambos grupos, el estudio reveló que tener acceso a una consola de videojuegos resultó en una reducción significativa de la angustia psicológica y una mejora en la satisfacción con la vida, con una variación entre un 0,1% y un 0,6%.

El análisis también mostró que jugar a videojuegos de manera regular tiene efectos positivos inmediatos en la salud mental, con beneficios notables durante las primeras tres horas de juego. Estos efectos tienden a desvanecerse después de este período, pero no se observaron efectos negativos significativos. Este hallazgo refuerza la idea de que los videojuegos no solo ofrecen una euforia temporal, sino que también pueden contribuir a una mejora sostenida en el bienestar psicológico.

Un aspecto interesante del estudio fue la diferencia en los beneficios según el tipo de consola y el grupo demográfico. La Nintendo Switch, por ejemplo, demostró tener un impacto más positivo en adolescentes y mujeres debido a su naturaleza portátil y sus juegos más casuales y sociales. En contraste, la PlayStation 5, con su enfoque en juegos más complejos y centrados en la acción individual, resultó ser más beneficiosa para jóvenes profesionales y adultos sin hijos. Aunque el estudio no abordó el impacto de juegos específicos, estos resultados sugieren que diferentes tipos de videojuegos pueden ofrecer distintos beneficios según el perfil del jugador.

El estudio se suma a una serie de investigaciones recientes que han cuestionado las percepciones negativas tradicionales sobre los videojuegos. Un estudio de 2021 realizado por la Universidad de Oxford encontró que los jugadores de Animal Crossing y Plants vs. Zombies que jugaban durante más tiempo tendían a sentirse mejor en comparación con aquellos que jugaban poco o nada. Asimismo, una investigación de la Universidad de Limerick concluyó que jugar a videojuegos puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión, dos de los trastornos mentales más prevalentes en la actualidad.

Peter Etchells, profesor de psicología en la Universidad de Bath y autor del libro Lost in a Good Game, considera que el estudio es significativo por su capacidad para validar los efectos positivos de los videojuegos en un entorno natural, en lugar de un laboratorio controlado. Aunque señala que sería beneficioso fomentar una mayor colaboración entre científicos y fabricantes de consolas para realizar estudios aún más ambiciosos, reconoce el valor de la investigación actual.

La percepción pública de los videojuegos ha sido históricamente negativa, con asociaciones infundadas con la violencia y la adicción. En los años 90, se estableció una conexión entre los videojuegos y comportamientos violentos, basada en alarmas sociales más que en evidencia científica sólida. Un estudio de 2018 publicado en Nature refutó la idea de que los videojuegos violentos tienen un impacto negativo significativo en el comportamiento, mostrando que no había diferencias notables en las reacciones de los jugadores de juegos violentos en comparación con juegos no violentos.

En cuanto a la preocupación por la adicción, el aumento de la dopamina asociado con los videojuegos ha sido comparado erróneamente con el de las drogas adictivas, según Etchells. La Organización Mundial de la Salud reconoce la adicción a los videojuegos como un trastorno mental, pero los casos de adicción severa son relativamente raros y, a menudo, asociados con mecanismos de juego poco éticos como las lootboxes.

El estudio de Egami también aborda estas preocupaciones al mostrar que los casos de adicción a los videojuegos son minoritarios y no representan el comportamiento generalizado. El enfoque del estudio en la salud mental general y en la experiencia de los jugadores durante el confinamiento proporciona una visión equilibrada y matizada.

En conclusión, el estudio refuerza la idea de que jugar a videojuegos, al igual que otras formas de juego, es beneficioso para el bienestar mental de los adultos. Como reflexiona Peter Etchells, «Jugar es una forma accesible y efectiva de mantener un buen estado de ánimo y bienestar, y todos deberíamos hacerlo más». Egami agrega que es fundamental actualizar la percepción pública para reflejar con mayor precisión los impactos positivos de los videojuegos en la sociedad.

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