Ciencia y Tecnología

Investigadores de la BUAP Analizan Contaminación de Glifosato en Miel y Proponen Estrategias para la Inocuidad

El glifosato, un herbicida ampliamente utilizado a nivel mundial para el control de maleza, se ha convertido en un contaminante omnipresente en los sistemas ambientales. En México, este herbicida representa el 45% del total utilizado, afectando especialmente al cultivo de maíz. La contaminación se extiende indirectamente a la producción de miel, ya que las abejas recogen néctar de cultivos tratados con glifosato, llevando el químico a las colmenas.

Ante esta problemática, académicos del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP) llevaron a cabo un estudio para analizar los niveles de concentración de glifosato en miel. El objetivo es ayudar a los productores a garantizar la inocuidad del producto y evitar riesgos toxicológicos para los consumidores. La Unión Europea ha establecido un límite máximo de residuos de glifosato en la miel de 50 μg kg⁻¹, pero en México no existen normas que regulen su concentración.

La doctora Alia Méndez Albores, investigadora del Centro de Química del ICUAP, desarrolló un método analítico innovador para medir las concentraciones de glifosato en miel. La técnica tradicionalmente más utilizada, la cromatografía líquida-espectrometría de masas en tándem, es costosa y requiere equipos sofisticados. En contraste, el equipo de la BUAP optó por la técnica de espectroscopia Raman mejorada en superficie (SERS), utilizando cloruro de hemina como molécula reportera, lo cual permitió amplificar las señales de detección del herbicida.

La investigación se centró en miel producida en diferentes regiones de Puebla, incluyendo la Sierra Norte, Tecamachalco, Acatzingo, Atlixco e Izúcar de Matamoros. Los resultados revelaron la presencia de glifosato en estas áreas, reflejando la contaminación desde los cultivos agrícolas cercanos.

Víctor Tamariz Flores, coordinador del Centro de Investigaciones en Ciencias Agrícolas (CICA), subrayó que el uso de glifosato por parte de los agricultores, no de los apicultores, exige estrategias colaborativas para evitar la contaminación de miel. Propuso el uso de herbicidas menos contaminantes, evitar su aplicación durante la floración y dejar espacios para flores silvestres. También destacó la importancia de considerar los vientos al aplicar agroquímicos y mantener un diálogo constante entre agricultores y apicultores para proteger las abejas y los cultivos.

El doctor Tamariz Flores también señaló que la población de abejas ha disminuido drásticamente debido a las condiciones climáticas y el uso excesivo de herbicidas, lo cual impacta negativamente en la productividad agrícola debido al papel crucial de las abejas como polinizadores.

La siguiente fase de la investigación, derivada de la tesis de Karen López Castaños del Doctorado en Ciencias Ambientales del Instituto de Ciencias, será la validación del método analítico para medir las concentraciones de glifosato en miel. El objetivo es que el método sea rápido, eficiente y útil para los apicultores, contribuyendo a la producción de miel segura y de alta calidad.

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