Astrónomos de la UNAM colaboran en el mapeo interestelar más preciso de la Vía Láctea
Por Luis Moreno
Científicos del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM participan en la creación del mapeo más detallado de la región interestelar de la Vía Láctea, en colaboración con expertos del Sloan Digital Sky Survey (SDSS). Como parte de este esfuerzo, desarrollaron el software Data Analysis Pipeline, fundamental para el procesamiento de las imágenes obtenidas.
El investigador del IA, Sebastián Francisco Sánchez Sánchez, explicó que el mapeo utiliza tecnología espectroscópica de última generación para analizar con gran precisión el material interestelar de nuestra galaxia. Tras seis años de trabajo, el equipo ha logrado generar datos científicos de alta calidad sobre el medio interestelar de la Vía Láctea y otras galaxias cercanas.
Para probar la eficacia del sistema, los especialistas captaron la constelación de Orión, imagen compuesta por 200 mil fotografías individuales que cubren un área cientos de veces mayor que la Luna, aunque representa menos del uno por ciento del total que se pretende mapear.
El software desarrollado por el IA, publicado recientemente en The Astronomical Journal, permite corregir y recuperar con gran exactitud los parámetros de las líneas de emisión, como flujo, velocidad sistémica y dispersión de velocidad. Este avance contribuirá a un mejor entendimiento del espacio interestelar, compuesto por gas y polvo, y su papel en la evolución de las galaxias.
El SDSS emplea una red de telescopios robóticos ubicados en el Observatorio Las Campanas, en el desierto de Atacama, Chile. Con estos equipos, los astrónomos han podido observar cómo las estrellas enriquecen el medio interestelar con elementos pesados, esenciales para la formación de nuevos astros y planetas.
Para entender la posible formación de vida en el Universo, es clave estudiar este ciclo de retroalimentación a pequeñas escalas. Por ello, los astrónomos desarrollaron el Local Volume Mapper (LVM), un sistema robótico compuesto por cuatro equipos con tecnología de espectroscopía de campo integral, capaces de mapear áreas mucho mayores que otros instrumentos de su tipo.
El LVM cuenta con telescopios equipados con un sistema «siderostat», similar a los ojos de mosca, que refleja la luz en lentes estacionarios para su análisis detallado. Con cada exposición, se capta un campo de visión equivalente al tamaño de la Luna. Hasta ahora, se han realizado alrededor de ocho mil tomas, cubriendo el 20 por ciento del área prevista en el estudio.
Este proyecto representa un hito en la exploración de la Vía Láctea y podría revelar información crucial sobre la evolución galáctica y las condiciones necesarias para la formación de vida en el cosmos.