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La misión Proba-3: Eclipses artificiales para explorar la corona solar

Por Luis Moreno

El 5 de diciembre de 2024, la Agencia Espacial Europea (ESA) dio un paso histórico en la exploración del Sol con el exitoso lanzamiento de la misión Proba-3, una misión pionera que tiene como objetivo observar la corona solar mediante eclipses artificiales. Esta innovadora misión despegó a bordo del cohete PSLV-XL de la Organización de Investigación Espacial de India (ISRO) desde el Centro Espacial Satish Dhawan, situado en la isla de Shriharikota, al sur de la India. El lanzamiento, realizado a las 16:04 hora local (10:34 GMT), fue una muestra de la colaboración internacional entre Europa e India y marcó un hito en la tecnología espacial.

¿Qué es Proba-3?

La misión Proba-3 consiste en dos satélites diseñados para volar en formación con una precisión milimétrica, algo nunca antes logrado en la historia de la investigación espacial. El primer satélite, conocido como la nave «ocultadora» u OSC (Occulter Spacecraft), está equipado con un disco de 1.4 metros de diámetro que servirá para bloquear la luz intensa del Sol, simulando un eclipse artificial. Este satélite, de 250 kg, hará la función de la Luna en un eclipse solar, creando una sombra precisa sobre el segundo satélite, el «coronógrafo» CSC (Coronograph Spacecraft), de 340 kg.

El coronógrafo CSC está equipado con el instrumento ASPIICS (Association of Spacecraft for Polarimetric and Imaging Investigation of the Corona of the Sun), que permitirá observar la corona solar sin la interferencia del resplandor del Sol. Esta es una zona del Sol extremadamente difícil de estudiar, que hasta ahora solo se podía observar durante breves momentos en los eclipses solares naturales o mediante el uso de coronógrafos tradicionales que bloquean la luz solar.

El vuelo en formación y la precisión milimétrica

El desafío más grande de esta misión es la increíble precisión que se requiere para que ambos satélites se mantengan en formación. Los dos satélites volarán separados por una distancia de apenas 150 metros, con el satélite OSC proyectando su sombra sobre el coronógrafo CSC. El proceso de alineación entre ambos satélites se llevará a cabo utilizando láseres y sistemas de navegación avanzados, lo que garantizará que el coronógrafo observe únicamente la corona solar, sin la interferencia del brillo solar. Esta operación requerirá una exactitud nunca antes alcanzada en vuelos espaciales, con una precisión de milímetros.

Un gran avance para la ciencia solar

El principal objetivo de Proba-3 es estudiar la corona interna del Sol, una región extremadamente difícil de observar en el espectro visible debido a la intensa luz que emite el Sol. Aunque se han realizado estudios en longitudes de onda como el ultravioleta o rayos X, el estudio de la corona solar en luz visible solo era posible durante los eclipses naturales, que duran menos de 10 minutos. En contraste, los eclipses artificiales creados por Proba-3 podrán durar hasta seis horas, lo que permitirá un análisis mucho más detallado de esta área.

Este estudio es crucial para entender fenómenos como el calentamiento anómalo de la corona solar y las eyecciones de masa coronal (CME), que pueden tener impactos directos en la Tierra, afectando satélites, redes de comunicación y sistemas eléctricos. Las observaciones de Proba-3 se complementarán con las misiones Solar Orbiter y Parker Solar Probe, proporcionando una visión más completa de la dinámica solar.

La cooperación internacional

El lanzamiento del PSLV-XL, cohete de fabricación india, responde a razones tanto económicas como operativas. El uso de un lanzador indio es una opción rentable para la ESA, además de que la órbita seleccionada para los satélites, que alcanza hasta 60,000 kilómetros de altitud, es adecuada para los objetivos científicos de la misión. Este lanzamiento también refleja el fortalecimiento de la cooperación entre la ESA y la ISRO, dos agencias espaciales que han incrementado su colaboración en los últimos años.

Además, la misión Proba-3 cuenta con una notable participación española, con empresas como Sener, GMV, Crisa, Airbus DS y Deimos contribuyendo al desarrollo de los satélites y los sistemas de navegación. España ha sido clave en la financiación y en los componentes tecnológicos de la misión, lo que resalta la importancia de la cooperación internacional en proyectos de gran envergadura.

Características técnicas y operativas

Proba-3 tiene una órbita altamente elíptica, con un apogeo de 60,000 kilómetros y un periodo orbital de aproximadamente 19.7 horas. Durante la órbita, los satélites volarán en formación solo durante el apogeo, mientras que en el resto de la trayectoria seguirán comunicándose su posición relativa utilizando satélites de posicionamiento. La misión tiene una vida útil estimada de dos años, aunque se espera que los satélites permanezcan en el espacio durante varios años más, ya que su principal limitación será la cantidad de propelente disponible.

La misión también incluirá otros instrumentos científicos, como el DARA, un radiómetro para medir la irradiancia solar, y el 3DEES, un espectrómetro para estudiar los electrones energéticos de los cinturones de radiación solares.

Impacto global y futuro de Proba-3

El costo total de la misión es de 200 millones de euros, de los cuales el 40% ha sido aportado por España. El lanzamiento de Proba-3 representa un avance significativo en la observación del Sol y la tecnología espacial, con un fuerte componente de innovación tecnológica, que no solo permitirá estudiar el Sol de manera más eficiente, sino que también ayudará a proteger la infraestructura terrestre frente a los peligros de la actividad solar.

Con la misión Proba-3, la ESA y la ISRO no solo avanzan en el conocimiento científico del Sol, sino que también refuerzan su cooperación internacional, sentando las bases para futuras misiones conjuntas en la exploración espacial.

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