México intensifica medidas para disolver caravanas migrantes en colaboración con EE. UU.
Por Luis Moreno
En un esfuerzo por frenar el avance de caravanas migrantes hacia la frontera norte, el Gobierno mexicano ha implementado una estrategia para disolver estos grupos antes de que lleguen a su destino. Esta semana, autobuses cargados de migrantes fueron enviados a Michoacán y Guerrero como parte de un acuerdo liderado por la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Instituto Nacional de Migración (INM).
El traslado, realizado de forma voluntaria, ofreció a los migrantes la posibilidad de obtener visas humanitarias para regularizar su situación migratoria y evitar largos trayectos a pie. Según fuentes oficiales, al menos 300 migrantes fueron llevados al puerto de Acapulco, Guerrero, y otros 300 a Morelia, Michoacán.
Acuerdo con EE. UU. y declaraciones cruzadas
Este esfuerzo se enmarca en una política acordada con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien afirmó en su red social que México detendrá de manera inmediata a los migrantes que intenten cruzar hacia territorio estadounidense. Trump aseguró haber llegado a este acuerdo durante una llamada con la presidenta Claudia Sheinbaum, aunque la mandataria mexicana desmintió esta versión.
“En México estamos atendiendo a los migrantes para evitar que lleguen a la frontera norte. Esto no significa cerrar fronteras, sino construir puentes de colaboración entre gobiernos y pueblos”, expresó Sheinbaum, destacando que la estrategia prioriza una atención integral en territorio nacional.
Trump, por su parte, calificó la conversación como «productiva», aunque su equipo no ofreció detalles concretos sobre un acuerdo formal. El presidente electo reiteró que su prioridad es detener la «invasión ilegal» a través de medidas más estrictas en la frontera.
Una estrategia de desgaste para contener la migración
Eunice Rendón, coordinadora de la organización Agenda Migrante, señala que México ha adoptado una política de desgaste para desalentar el flujo migratorio, trasladando a los migrantes lejos de sus destinos iniciales. Casos recientes muestran cómo grupos han sido reubicados a puntos tan distantes como Mérida, Yucatán, lejos de las rutas hacia el norte.
“México enfrenta presiones tanto de Estados Unidos como de su propia capacidad limitada para gestionar este fenómeno. Sin convenios de extradición con muchos países, los migrantes permanecen en condiciones vulnerables dentro del territorio nacional”, destacó Rendón.
La situación se agrava con el incremento de entradas irregulares: más de 925,000 personas cruzaron la frontera sur de México entre enero y agosto de 2024, el doble de lo registrado en el mismo periodo del año anterior.
Desafíos humanitarios y políticos
A pesar de las medidas adoptadas, las organizaciones humanitarias advierten que las condiciones para los migrantes siguen siendo precarias. El aumento de solicitudes de asilo en Estados Unidos a través de la aplicación CBP One ha generado largos tiempos de espera, mientras que los riesgos de secuestro y extorsión en territorio mexicano continúan siendo una amenaza constante.
El Gobierno de Sheinbaum enfrenta un fuerte reto en materia de política migratoria, especialmente ante la presión de Estados Unidos y las limitaciones presupuestarias anunciadas para 2025. Expertos destacan la necesidad de una estrategia integral que vaya más allá de las medidas de contención y que incluya programas de empleo temporal, salud y educación para los migrantes.
Mientras tanto, las caravanas continúan surgiendo. Un nuevo grupo de 1,200 personas, incluyendo numerosos niños, partió recientemente de Tapachula, Chiapas, y sigue su ruta hacia el norte. Organizaciones humanitarias anticipan un aumento en el número de migrantes que intentarán llegar a Estados Unidos antes del cambio de administración en enero de 2025.