Comentario al libro Ηistoria de la filosofía en el México colonial. Mauricio Beuchot Puente. Editorial Herder, Barcelona, 1996, pp. 280.
Por Juvenal Cruz Vega. Director de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz
Advertencia
En julio del año 2007 fui invitado a presentar un trabajo sobre la obra del doctor Mauricio Beuchot a propósito de la presentación de su libro “Historia de la filosofía en el México Colonial”. La cita fue en la Biblioteca Palafoxiana de Puebla en el Centro Histórico de la misma ciudad. Ahora comparto algunas notas y guardo conmigo la alegría y la emoción del ambiente de aquel auditorio muy concurrido en una de las instituciones culturales más importantes de México y el mundo. Ahora que vengo recordando esta apoteosis, considero justo publicar esta disertación sobre la obra de nuestro filósofo mexicano: el doctor Mauricio Beuchot Puente.
Noticia relevante sobre la personalidad filosófica de Mauricio Beuchot Puente
En México se ha venido mostrando un progreso cualitativo y una renovación del pensamiento filosófico en las últimas décadas. Desde 1930 han surgido pensadores esclarecidos y modos diversos de filosofar de sobra conocidos, como: José Vasconcelos, Antonio Caso, Alfonso Reyes, Samuel Ramos, José Gaos, Joaquín Xirau, Leopoldo Zea, Miguel León Portilla, Luis Villoro, Agustín Basave Fernández del Valle, José Sánchez Villaseñor, Héctor González Uribe, Ramón Xirau, José Rubén Sanabria, Mauricio Beuchot, Ambrosio Velasco, Mario Magallón Anaya, Guillermo Hurtado Pérez, Justino Cortés, Guillermo Nicolás Kuri, Guillermo Hernández Flores, Manuel Rodríguez Franco, entre otros.
Sin duda, Mauricio Beuchot es el filósofo de su generación con mayor renombre nacional, y uno de los que más han figurado en el ámbito internacional. Actualmente es Investigador Emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es doctor en filosofía por la Universidad Iberoamericana de México. Fue investigador de tiempo completo y fundador del Seminario de Hermenéutica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es miembro de la Academia Mexicana de Lengua, de la Academia Mexicana de la Historia, de la Academia Mexicana de los Derechos Humanos, de la Academia Pontificia de Santo Tomás de Aquino, y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, como Emérito.
De su vasta obra es autor de más de cien libros diversos, entre los cuales se cuentan: Elementos de semiótica, El problema de los universales, La filosofía del lenguaje en la Edad Media, Aspectos de la semiótica y la filosofía del lenguaje, Tratado de hermenéutica analógica, Perfiles esenciales de hermenéutica, Filosofía del lenguaje en la Nueva España, Historia de la filosofía en el México Colonial, Las dos caras del símbolo, La hermenéutica en la Edad Media, Belleza y analogía. Una introducción a la estética, Figuras de la filosofía moderna, Hermenéutica analógica, símbolo y ontología, Microcosmos. El hombre como compendio del ser, Hermenéutica analógica, educación y filosofía, entre otros.
Su pensamiento es polifacético e interdisciplinario, tal como lo ha mostrado en su obra; es decir, es un humanista completo, un pensador serio, pues ha perfilado otros géneros en la trayectoria interna de su pensamiento; desde las mismas disciplinas de la filosofía: metafísica, teoría del conocimiento antropología filosófica, lógica, ética, axiología y estética; pasando por las especificaciones de ella, como: filosofía del lenguaje, de la educación, del derecho, de la cultura; hasta extenderse hacia otros géneros de las humanidades, como: historia, historiografía, filología, derecho, política, pedagogía, exégesis, literatura, lingüística, poesía, psicoanálisis, semiótica, semántica, pragmática, biografía y teología.
En la crítica literaria lo han estudiado desde puntos de vista divergentes. De modo que los estudiosos de su obra lo han llamado: novohispanista, medievalista, tomista, lingüista, poeta, semiólogo, filólogo, historiador de la filosofía en México, filósofo del lenguaje, filósofo analítico y, sobre todo, hermeneuta, debido a su máxima construcción y aportación: la hermenéutica analógica. Con todo, es un filósofo completo, actual y sugerente. Desde la autoconciencia de Mauricio Beuchot, se considera un filósofo, como aquí se presenta: “Yo he sido fundamentalmente filósofo. También he tratado de hacer algo de teología, pero siempre desemboco en la filosofía. La teología y la misma mística tienen vínculos muy fuertes con la filosofía, o al menos yo he procurado tomarlos en cuenta. Igualmente, a mí me ha gustado mucho la literatura, sobre todo la poesía. La he tenido muy en cuenta en mi reflexión filosófica. Mística y poesía creo que son alimentos de la filosofía, pues sin ellas se queda muy seca y fría, muy desolada, angustiada y deprimida”.
Así, pues, su síntesis filosófica constituye un intento de mediación entre las vertientes rigoristas y las relativistas, entre las univocistas y las equivocistas, entre las objetivistas y las subjetivistas. Sobre toda esta temática y nomenclatura, hemos conversado por más de veinte años con el filósofo mexicano Mauricio Hardie Beuchot Puente, hombre muy actual, que ha expresado su pensamiento con precisión, claridad, soltura y profundidad filosófica entre las nuevas generaciones de esta primera aurora del tercer milenio.

Comentario al libro “Ηistoria de la filosofía en el México colonial” del doctor Mauricio Beuchot
Es un gran honor asistir a la presentación de este interesante libro “Ηistoria de la filosofía en el México colonial” de Mauricio Beuchot. Estoy seguro, que quienes estamos en esta ciudad, conocemos la importancia de la Biblioteca Palafoxiana y su lugar que ocupa dentro de las bibliotecas del mundo; también muchos conocemos la importancia de nuestro autor en la filosofía mexicana y su trascendencia en el pensamiento continental.
Viene al caso para presentar en este lugar, la “Historia de la filosofía en el México colonial”. El libro está perfectamente empastado y diseñado, salió impreso con el sello de la editorial Herder, hace ya varios años. En 280 páginas el autor disertó la historia de las ideas de tres siglos. Se trata del pensamiento de la época colonial. La novedad que le da su autor a esta nueva obra es una profunda reflexión y exposición a través de la hermenéutica analógica, lo que distingue y simboliza a Mauricio Beuchot, dentro de los hermeneutas de América y del mundo.
Mucho se ha hablado en la actualidad de la hermenéutica, desde Martin Heidegger y Hans George Gadamer, hasta Paul Ricoeur, Umberto Eco, Mauricio Ferraris, Jean Grondin y Mauricio Beuchot. No obstante, el doctor Mauricio Beuchot ha unido la hermenéutica y la analogía, logrando paulatinamente una síntesis en su pensamiento: la hermenéutica analógica, tanto que cuando se oye de la expresión hermenéutica analógica se considera una obra completa y un puñado de estudiosos en torno a ella.
Así, pues, la hermenéutica analógica es ciencia, arte y método de la interpretación de textos; su historia tiene un largo camino que su autor ha venido construyendo y conjugando el diálogo interdisciplinario, específicamente de la filosofía del lenguaje, semiótica, lógica, gramática, literatura, filología, derecho, poesía y filosofía.
La hermenéutica analógica se ha expresado en un correcto español y por eso su historia se origina en Occidente, logrando así, una memoria histórica impresionante, concretamente desde Grecia y Roma antiguas. Durante la pax romana los clásicos ponen especial atención en fijar una norma que sirva como modelo imitable de lo que se considera la humanitas.
En la época postclásica edifican buenas obras a partir de la doctrina de la época de oro. No dudo que indirectamente, Mauricio Beuchot los tome como maestros, sobre todo a Catulo, César, Cierón, Tito Livio, Virgilio y Ovidio. Él mismo nos da una pauta en otro de sus libros “Perfiles esenciales de hermenéutica” en Fondo de Cultura Económica, al considerar la lógica docens y utens, y por consiguiente, la hermenéutica docens y hermenéutica utens, esto es, la teoría y la práctica, la doctrina y la aplicación de la interpretación.
Con todo, Mauricio Beuchot es un gran maestro, magister inter magistros, διδάσκαλος ἐν τοῖς διδασκάλοις, porque ha fundamentado los supuestos de un modelo de interpretación a lo largo y ancho de su pensamiento. Actualmente, la hermenéutica analógica se ha aplicado a diversas disciplinas y actividades del conocimiento.
Particularmente, le aprecio dos aspectos de su historia de la filosofía en el México colonial, la cuestión del método y la didáctica. Como profesor de griego y latín veo muy útil este trabajo para la traducción y para la docencia. El método tiene la ventaja de ordenar el pensamiento y facilitar el conocimiento. En este sentido Mauricio Beuchot nos sugiere cómo estudiar la historia de la filosofía novohispana o la historia en el México Colonial a través de muchos recursos que va reseñando en esta magnífica obra que estamos presentando.
Pero también, es una didáctica de la filosofía novohispana, porque abarca los problemas de un maestro que quiere enseñar a sus alumnos de una escuela superior, esto es, de la enseñanza en modo de ayudar al estudiante a crecer en la búsqueda diligente de la verdad y en la maduración rápida, recta y crítica del pensamiento sobre los verdaderos problemas de la historia de la filosofía, incluso, los problemas de la vida misma.
En este sentido, puede apreciarse que el doctor Mauricio Beuchot, a través del libro y del contacto con el maestro nos lleva a las fuentes y a los maestros del pensamiento novohispano. Así, esta obra es una buena exposición, porque se muestra un autor con experiencia, vocación, pasión y talento. Tiene los elementos de una seria investigación.
Desde el punto de vista metodológico, hay delimitación del tema, justificación de la obra, método y abundante bibliografía en cada parte de la obra. Tiene presupuestos historiográficos, aspectos de interpretación y juicios valorativos, de los principales autores de cada época.
En gran parte le ayuda el conocimiento de las lenguas clásicas, el latín especialmente, el dominio de la filosofía medieval y contemporánea, la lógica, la analogía y la gramática. Por eso, con verdadera maestría tiene experiencia para colocar el criterio y clasificar a cada autor no sólo como autor mexicano, sino también, como nominado en cierta época.
El capítulo II es muy enriquecedor: “Historiografía y filosofía de la historia de la filosofía novohispana”. Esta parte puede llamarse una “guía de lectura de la filosofía novohispana”. Aquí resplandecen autores claves como don Emeterio Valverde y Téllez con sus “Apuntaciones históricas sobre la filosofía en México”, y su “Crítica filosófica o bibliografía comentada”. Mauricio Beuchot escribe al respecto: “en esta obra resplandecen muchas noticias bibliográficas, biográficas y sistemáticas de buenos filósofos novohispanos considerados por vez primera”. José Vasconcelos en su “Historia del pensamiento filosófico” y Samuel Ramos en su “Historia de la filosofía de México”. Aparecen otros historiadores cómo David Mayagoitia, Oswaldo Robles, José María Gallegos Rocafull, Vicente Lombardo Toledano y Leopoldo Zea, entre otros.
La última parte del libro es una exposición de la filosofía novohispana. Empieza con el siglo XVI. Aquí aparece el término “filósofo humanista”, esto es, se nos recuerda la preocupación renacentista por resaltar la dignidad del hombre. Embellece al texto una selección de autores que hacen un humanismo cristiano que conjunta la escolástica y el evangelio radical. Fray Juan de Zumárraga, Fray Bartolomé de las Casas, don Vasco de Quiroga, Tomás de Mercado, Alonso de la Veracruz, Pedro de Hortigosa, Antonio Rubio y Antonio Arias.
El siglo XVII es el más difícil. Casi en todos los aspectos sobresalen los dominicos como Antonio de Hinojosa, Francisco Naranjo; agustinos como Diego Basa Lengue, Juan de Rueda; Mercedarios como Pedro de Celis, Jesuitas como Alonso Guerrero y Diego Marín de Alcazar. Los dos más importantes son Carlos de Sigüenza y Góngora y Sor Juana Inés de la Cruz.
Por su parte el siglo XVIII es un tiempo de gran auge en México, aparecen los jesuitas Diego José Abad, Francisco Xavier Alegre y Francisco Javier Clavijero. El oratoriano “Benito Díaz de Gamarra y Dávalos”.
Este libro es una exposición sucinta y suficiente de los principales problemas que abordaron los pensadores novohispanos. Muchos aspectos que trataron son vigentes en los géneros literarios que tratamos en la universidad. La lengua Latina que es el vehículo para expresarse correctamente hoy está volviendo a tener éxito; al menos en algunas escuelas de humanidades, por lo tanto, también este libro es una forma de difundir la lengua latina, la cultura novohispana y sobre todo, una forma de recuperar nuestros valores y hacerlos valer, esto es, doble y magna función de la cultura como solía decir el gran humanista mexicano Gabriel Méndez Plancarte.
Así, pues, aplaudo la obra de Mauricio Beuchot, recomendando la lectura de su Ηistoria de la filosofía en el México colonial. Y para terminar esta reflexión comparto un fragmento de nuestro autor del siguiente modo: “explicitar y desarrollar una filosofía de la historia de ese periodo será a la vez la tarea más ardua y aventurada; sólo podrá realizarse al final como cosmovisión de conjunto. Por lo tanto, podemos comenzar con las cuestiones de filosofía de la historiografía, es decir, cuestiones metodológico- epistemológicas, que son las que se incluyen en la hermenéutica histórica. Dediquémonos, pues a la tarea de examinar la hermenéutica que aplicaremos a la historia de la filosofía en el México colonial (p.16).
Muchas gracias.